PUERTO IGUAZÚ. Horas de extrema tensión se vivieron el sábado en esta ciudad cuando un hombre resistió el allanamiento de su domicilio y la posibilidad de que su hija fuera llevada ante el equipo médico policial por una denuncia en la que se lo acusaba de mantenerla en estado de abandono y maltratarla físicamente.Sin embargo, después de largas, tensas y agotadoras negociaciones, en las que incluso habría intervenido de mediadora una vecina del acusado, el desenlace de la historia tuvo un final feliz.En ese contexto se comprobó que la denuncia, al parecer iniciada por una docente del colegio donde concurría la niña, era inexacta.La supuesta víctima se encontraba en buen estado de salud, con excelente peso y la mejor predisposición.La denuncia y el procedimiento policial, seguido de cerca por el juez de Instrucción 3 de Puerto Iguazú, Juan Pablo Fernández Rissi, se registraron el sábado, pero el final de la historia se produjo ayer a la mañana, cuando el padre de la criatura, de ocho años, accedió a que el personal policial, incluido el médico, ingresara en su domicilio.La denuncia había sido radicada en la Comisaría de la Mujer, dependiente de la Unidad Regional V, con asiento en Puerto Iguazú.Más allá de los momentos de extrema tensión, el juez manejó los hilos del conflicto con prudencia y buen tino, en un contexto en el que el padre de la pequeña se mostraba sumamente nervioso.En un momento determinado, incluso, se llegó a pensar que el propietario del lugar tenía armas de fuego en el interior del inmueble.Por fortuna, primó la coherencia y voluntad de que la situación no pasara a mayores y pudiera, de alguna manera, terminar en un episodio lamentable.Ayer, en horas de la mañana, la Policía ingresó al domicilio y comprobó que todo se trataba de una equivocación, porque la nena estaba en buen estado de salud. Alto voltajeLa denuncia sobre el supuesto estado de abandono y secuelas de maltrato físico que presentaba la niña de ocho años fue radicada en la Comisaría de la Mujer, dependiente de la UR V de Puerto Iguazú (foto). La Policía dio intervención al defensor de menores y este pidió que la nena fuera llevada ante el médico policial para confirmar su estado.Pero cuando los uniformados se presentaron en el domicilio, ubicado a la vera del río Paraná, se encontraron la férrea oposición del padre de la menor.“El momento de mayor tensión se produjo cuando el hombre se encerró en la casa y se produjo un silencio interminable. Por suerte, todo acabó bien”, dijo un detective.





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