BUENOS AIRES (NA). La aplicación de la Ley de Abastecimiento que le dio un plazo de 48 horas a los cerealistas para que aparezca el trigo no garantiza que este cereal se encuentre libre de enfermedades como el fusarium o que la calidad sea suficiente para producir harina.Sin embargo, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, a pesar de que algunos analistas, como Arturo Navarro, consideran que la Ley de Abastecimiento está derogada, firmó la resolución.Ahora, el Estado puede decomisar el trigo y volcarlo al mercado interno si lo encuentra y no ha sido comercializado y para esto el Ministerio de Agricultura amenazó con efectuar un relevamiento de los acopiadores para encontrar el stock perdido.En este sentido, estallaron las voces sobre la historia del trigo y del pan argentino, un tema que no pierde vigencia.“Cuando Moreno se metió con el trigo producíamos 16 millones de toneladas. Ahora, 9 millones ¿De quién es la culpa?”, se preguntó el dirigente cordobés y ex vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) Néstor RouletCRA, en un comunicado repasó los acontecimientos y dijo: Cuando Julián Domínguez era ministro de Agricultura, ya se reconocía públicamente que al productor (de trigo) no se le pagaba el precio FAS de un mercado competitivo y transparente, que se habían quitado los incentivos a la sana competencia entre la exportación y la molinería”.También retrató que “el proceso de determinación arbitrario de quienes vendían, quiénes compraban y la tolerancia a un precio inferior al de mercado, tarde o temprano significaría la pérdida del cultivo del trigo”, lo que ocurrió.“Frente a ello el Gobierno sólo se ocupó de hacer anuncios huecos sobre liberación de cupos u otorgamiento de ROES para comercializar porciones de toneladas. Nada lo definió tan bien, como cuando se dijo, dan permisos para cazar en el zoológico”, analizó la Confederación que lidera Rubén Ferrero.El documento enfatizó que “en efecto la ausencia de un mercado transparente y los permisos discrecionales, hundieron el precio y terminaron con la voluntad y paciencia del productor”.De este modo, en la región núcleo productiva del área agrícola argentina, según informó la Guía Estratégica del Agro de la Bolsa de Comercio de Rosario, el área de trigo no creció respecto de 2012 y se quedó en unas 630 mil hectáreas a punto de terminar la siembra.Atribuyó el estancamiento a principalmente los bajos márgenes para el cultivo, considerados los precios deprimidos esperados a cosecha y los costos de los insumos y comercialización que hicieron “prácticamente inviable la producción de trigo en campos alquilados”.Se sumó la escasa disponibilidad de semilla en la región y en resumen, como sostuvo el economista Jorge Ingaramo, la superficie implantada con trigo en el país puede subir un 8%.Respecto de los precios, la Sociedad Rural de Rosario advirtió que ante la Ley de Abastecimiento comenzó a aparecer trigo y bajaron los precios en las últimas horas.Sin embargo, la Bolsa de Comercio rosarina cerró la semana con la certeza de que en el segmento disponible no se escucharon valores abiertos de referencia de parte de la molinería, mientras que los mercados a término volvieron a operar con fuertes bajas, de 185 dólares la tonelada para diciembre.Quiere decir que los productores han sembrado con un trigo que llegó en el disponible a los 2.500 pesos la tonelada y venderá un 130% menos, según Ingaramo.El analista de mercado, Gustavo López, titular de Agritrend, precisó a Noticias Argentinas en un enfoque que “ya en vigencia la Ley de Abastecimiento, el flujo de mercadería comenzó a moverse, lo cual con volúmenes todavía limitados los precios tendieron a bajar en forma considerable”.





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