POSADAS. Un canillita de 35 años fue agredido de manera brutal por una patota ayer por la mañana en Máximo Paz y Félix Aguirre. Hasta anoche, por el ataque no se habían producido detenciones, pese a que al menos dos de los violentos ya estarían identificados.La víctima se llama Sergio Benítez. Él todos los días sale a las 3.30 de su casa para buscar los diarios que vende. En la víspera, ya entre las 6.30 y las 7, cuando caminaba en inmediaciones de su vivienda, le salieron al cruce tres malvivientes, que suelen juntarse en un paseo cercano y le pidieron que entregara la mochila. Fue el inicio de lo irracional.Familiares del canillita contaron horas después que dentro de la mochila había un inflador para gomas de bicicletas e hilo velero que el hombre utiliza para armar los fardos de diarios. A los delincuentes poco les importó esto, se abalanzaron sobre Benítez como si dentro del bolso hubiera oro. Como el vendedor se resistió, se sumaron otros violentos, que seguían la escena desde unos metros. En total, según la denuncia hecha por el damnificado, en determinado momento diez personas se apiñaron sobre él para golpearlo.Los últimos en sumarse a la agresión portaban piedras y tenían todas las intenciones de utilizarlas para doblegar al canillita.De manera providencial, una vecina de la zona que había salido poco antes a pasear a su perro, empezó a gritarle a los patoteros. Les imploró que dejaran de golpear a su presa. La acción le valió un piedrazo lanzando por uno de los malvivientes. Sin embargo, la mujer no se dio por vencida.En eso, salió otro poblador de la zona, garrote en mano. Quiso apartar a los maleantes a palazos. Es más, alcanzó a ahuyentar a algunos, pero cuando se vio en inferioridad numérica, el que terminó corriendo fue él.La intervención de ambos vecinos logró el objetivo: Benítez pudo incorporarse y escapar. Maltrecho como estaba avisó a la Policía. Primero intervino el Comando Radioeléctrico y después se hizo la denuncia en la comisaría Tercera.No obstante, con el correr de las horas no hubo novedades.Por los datos que aportó la víctima, dos de los violentos estarían identificados y hasta se tendría localizado el inmueble donde la patota se reúne. Pero no hubo detenidos.Los vecinos del barrio donde ocurrió el ataque están muy enojados, porque en el paseo cercano (cerca de López Torres y Trinchera de San José) se juntan estos patoteros y otros. Y pese a que denunciaron la situación, nadie les hace caso.





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