PUERTO IGUAZÚ. El femicidio impactó en la sociedad misionera por la violencia en sí, porque sucedió en el interior de una dependencia policial y porque el autor fue, precisamente, un policía.El lamentable episodio ocurrió el 6 de noviembre pasado, a eso de las 0.30, en el interior de la Comisaría de la Mujer, dependiente de la Unidad Regional V, de Puerto Iguazú.Poco después, el responsable del ataque era identificado. Se trataba de Mario Muga, un sargento ayudante de la Policía de Misiones con antecedentes de violencia sexista.Tras el crimen, su cuñada, hermana de la víctima, declaró a la prensa que “se creía Rambo” y se ufanaba de ser “invencible”.Para los investigadores, Muga jamás habría aceptado la separación sentimental con Mariela Sandra García.Distintas fuentes lo catalogaron como un hombre de fuerte personalidad. Pero una cosa es tener una personalidad fuerte y otra, muy diferente, es ser violento.En su contra habría denuncias de violencia doméstica contra García. Incluso, hasta una orden de no acercarse a ella, pero no alcanzó. La madrugada del 6 de noviembre siguió a su ex hasta la Comisaría de la Mujer. Ingresó decidido a todo. No pudieron atajarlo. El personal que estaba de guardia adujo que todo fue muy rápido. Quizás fue así, pero lo cierto es que el hombre entró a la oficina donde declaraba García, sacó una escopeta recortada y abrió fuego. No hubo nada que hacer. El femicidio estaba perpetrado.El uniformado fue detenido. Dicen que se entregó a sus camaradas y que al momento de hacerlo, aún tenía manchas, como salpicaduras de sangre en el rostro.El juez de Instrucción 3 de Puerto Iguazú, Juan Pablo Fernández Rissi, lo procesó por “homicidio agravado por el uso de arma de fuego, en concurso con portación ilegal de arma de fuego”, aunque ahora esa acusación se extendió. Antecedentes que presagiaban un final terribleMariela Sandra García denunció a su pareja tiempo antes de que éste la matara. Se abrió una causa por amenazas agravadas contra el sargento ayudante y la prohibición de acercarse a ella.Sin embargo, no fue suficiente y Muga terminó asesinándola. Nuevamente la realidad superó a la ficción, porque ni un productor de Hollywood hubiera imaginado que el crimen sucedería en el interior de una comisaría. Pero así fue. La Justicia procesó a Muga en esa causa por “amenazas agravadas” y por la violación de la orden de no acercarse a García.Al expediente por el homicidio se agregó ahora el de “amenazas agravadas”, para que el Tribunal Penal que juzgue el caso, en audiencia oral y pública, tenga una idea acabada de la relación entre ambos, o del trato que dispensaba el policía a su pareja.En caso de ser declarado culpable, Muga podría recibir una pena de prisión o reclusión perpetua.La investigación estuvo a cargo del Juzgado de Instrucción 3 de Puerto Iguazú, a cargo del magistrado Juan Pablo Fernández Rissi.Fuentes de la causa consignaron y pusieron de relieve la participación del fiscal Martín Brítez, sobre todo a la hora de pedir el anexo de ambas causas para ser remitidas al Tribunal que tendrá a su cargo el juicio.Pese a que siguió a la víctima hasta la Comisaría de la Mujer, de Puerto Iguazú, munido de un arma de fuego, los pesquisas no pudieron recabar indicios probatorios respecto de si se trató de un homicidio agravado por la premeditación y la alevosía, consignaron fuentes consultadas por este diario. Contexto judicialEl caso Muga será juzgado en el Tribunal Penal 1 de Eldorado, ni bien el expediente ingrese a ese cuerpo de alzada.Tras el período de apertura a pruebas, se fijará fecha para la realización de la audiencia.No obstante, no sería descabellado pensar que, dado el caudal de pruebas en su contra, científicas y testimoniales, la defensa del sargento ayudante intente arribar a un juicio abreviado.Claro que para ello deberá contar con la aprobación del imputado y, sobre todo, de su confesión.El hecho de quedar expuesto ante la ciudadanía podría aventurar esa posibilidad, teniendo en cuenta que el juicio oral será cubierto por todos los medios de comunicación de la provincia.





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