POSADAS. Terapia Intensiva del IOT. Viernes 7 de junio. Paula Bonifato (31) acaba de recibir un riñón de su tía del corazón, Edith Zanek. Ya sin efectos visibles de la anestesia, Paula ve que en la cama vecina Edith (57) no para de llorar. “¿Estás arrepentida?”, le preguntó angustiada Paula. “¡No! Lloro de emoción y felicidad”, le respondió esta mujer que no dudó en donar uno de sus riñones a la joven que vio crecer y luchar desde los 17 años con el mal funcionamiento renal.Ambas recibieron ayer a PRIMERA EDICIÓN en el living de Edith, bajo la mirada atenta de su papá. ¡“Cuando el médico te vea sin barbijo en el diario, te va a retar!”, le sermonea con cariño su papá, Rubén Bonifato, un comisario retirado que se instaló hace doce años en Posadas junto a su esposa y sus hijos. Paula es la segunda paciente en el país en recibir un trasplante de un donante vivo que no es familiar. La primera fue Sonsoles Rey Obligado (35), ahijada de la cantante Sandra Mihanovich quien fue su donante. El trasplante de Paula tuvo lugar en el Sanatorio IOT de esta ciudad hace un mes y ambas se encuentran hoy en excelentes condiciones. “El riñón comenzó a funcionar ni bien me lo implantaron, fue mi cuerpo al que le costó aceptar el órgano pero -internación, reinternación y tratamiento de por medio- hoy estoy muy bien”, contó jubilosa Paula. Doce horas semanales de diálisisPaula cursaba el quinto año del secundario cuando su enfermedad (Lupus eritematoso sistémico) comenzó a manifestarse. “Se me caía el cabello, se me inflamaban las articulaciones y sentía dolor, retención de líquidos, me salieron erupciones en la cara”, recordó la joven a la que le diagnosticaron la enfermedad cuando ya padecía insuficiencia renal. “Lupus significa lobo porque es una enfermedad que se esconde y en mi caso se escondió detrás de la insuficiencia renal”, detalló. Por ese entonces, Paula y su familia vivían en Puerto Iguazú y la trataban médicos de Posadas. “Cuando me llevaron a Buenos Aires, al Hospital Francés, yo estaba en un estado calamitoso. Ahí estuve internada bastante tiempo, dieron con el tratamiento adecuado. Pero hace dos años y medio mis riñones dejaron de funcionar y tuve que empezar con diálisis. Tres veces por semana, cuatro horas cada vez… pasaba 12 horas a la semana dializándome, siempre en el IOT”, contó. Paula entró en lista de espera del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai). Sus hermanos (dos varones y dos mujeres) y sus padres fueron los primeros en proponerse como sus donantes vivos. Los padres fueron descartados desde un principio, uno por tener distinto grupo sanguíneo y otro por cálculos renales. Sus hermanos fueron incompatibles. “No quería desanimarme porque todavía existía la posibilidad de recibir un riñón de un donante cadavérico”, confió Paula quien no se esperaba que su tía del corazón, madre de cinco hijos y esposa de un comisario jubilado, ambos amigos de sus padres, iba a ofrecerse para ser su donante.95% de compatibilidad“En mi familia, muchas veces habíamos hablado de la donación de órganos y yo siempre les decía que -si era necesario- algún día le donaría el riñón a Paulita. Y llegó ese momento cuando los integrantes de su familia resultaron incompatibles. Hablé con mi marido y mis cinco hijos (el mayor tiene 35 y es sacerdote, le sigue otro de 33 años que le dio a sus tres nietos; de 31 años, otro de 27 años que es médico y una hija de 25 años) y todos estuvieron de acuerdo. Por supuesto que me pidieron que averiguara bien para conocer los riesgos, pero respetaron mi decisión porque -como yo- también quieren lo mejor para Paula”, señaló Edith. Después de numerosos estudios, el jefe del Centro de Trasplante del IOT, el nefrólogo Joaquín Agusti, confirmó que entre Edith y Paula había un 95% de compatibilidad. “Cada estudio era decisivo y en total fueron muchas pruebas. A principios de este año supimos que el riñón de Edith era compatible pero todavía nos faltaba pedir la autorización ante la Justicia Federal porque la ley nacional impide la donación entre personas vivas que no sean familiares directos para evitar el tráfico de órganos”, recordó el papá de Paula, Rubén Bonifato. Con autorización judicial Fue el juez federal José Luis Casals quien autorizó que Edith Zanet donara un riñón a Paula Bonifato, pese a no tener relación de parentesco sanguíneo. El trámite demoró un mes y para su presentación se solicitó la apertura de la feria judicial. “La gestión ante la Justicia la realizó la Defensoría del fuero Federal, no pagamos nada. Yo quiero destacar esto porque un abogado particular cobra entre 20 y 25 mil pesos de honorarios para hacer este trámite que pocas personas saben que pueden hacerlo en forma gratuita en Defensoría donde, su secretaria, la señora Melania, hizo todo y sólo nos llamó para firmar”, destacó el papá de Paula, Rubén Bonifato. Obviamente, debieron participar de reuniones con los peritos que debían certificar que la donación fuera voluntaria y sin pago de por medio.





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