BRASILIA, Brasil (Agencias). El Gobierno brasileño entregó ayer al Congreso una solicitud de plebiscito destinado a promover una reforma política y responder a las protestas que exigen mejores servicios públicos y piden el combate a la corrupción y a las malas prácticas políticas. La propuesta de plebiscito de la presidenta Dilma Rousseff fue entregada por el ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, y el vicepresidente, Michel Temer, al presidente del Congreso, Renán Calheiros, informó la oficial agencia Senado.“Calheiros informó que trabajará para que los eventuales cambios resultantes del plebiscito sean aplicables ya en las elecciones de (octubre de) 2014”, dijo la agencia Senado, aunque destacó que dependerá de la voluntad de los congresistas. Cardozo sostuvo que el mensaje de Rousseff solicitando la convocatoria del plebiscito propone cinco temas para la reforma política: financiamiento de campañas; el sistema de voto que se aplicará a la elección de los legisladores; mantener o no la elección de un suplente de senador; reglas para las coaliciones de partidos; y reglas para el voto secreto, que podría llegar a su término. “Lo que el Ejecutivo está haciendo es una mera sugerencia. Quien conducirá (el proceso) desde el inicio hasta el fin es el Congreso”, dijo el vicepresidente a los periodistas. Las protestas callejeras iniciadas hace tres semanas en el país reclaman una educación, transporte y salud públicas de mejor calidad, y cargan contra los políticos y la corrupción. Rousseff propuso la semana pasada un pacto nacional con gobernadores y alcaldes para mejorar los servicios públicos y garantizar el equilibrio fiscal, así como la convocatoria a un plebiscito para impulsar una reforma política, que según la encuestadora Datafolha es aprobada por 68% de la población.Un viejo proyectoLa reforma política, un viejo proyecto del oficialista Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) y de otras siglas, es vista como un antídoto a la crisis de representatividad, al rechazo a los políticos y a la corrupción expresado por los manifestantes, quienes denuncian el elevado gasto público para el mundial 2014 y piden más dinero para educación, transporte y salud.Rousseff pretende que el plebiscito se organice a contrarreloj, para que el Congreso apruebe la reforma antes de octubre, fecha límite para que pueda ser aplicada un año después en las elecciones de 2014, algo que muchos consideran casi imposible. La Presidenta cuenta con una aplastante mayoría en el Congreso, pero la base aliada es poco fiel a los designios del Gobierno.La presidenta del Tribunal Superior Electoral de Brasil, Carmen Lucia, dijo el lunes que “la justicia electoral está siempre preparada”, dando a entender que podría cumplir con los plazos.Rousseff comentó que ya se ha entregado a este organismo un proyecto con plazos y procedimientos.Visita del Papa en julioEl presidente de la Fédération Internationale de Football Association (FIFA), Joseph Blatter, dijo estar “contento” de que las manifestaciones hayan “tenido una pausa” para dar lugar “a un evento extraordinario” en la final del domingo, cuando dos manifestaciones llevaron a la calle a unas 8 mil personas en Río, mientras Brasil triunfaba con un 3-0 ante España.Sin pronósticos claros sobre si las protestas continuarán, muchos temen que se revivan durante la visita del papa Francisco para la Jornada Mundial de la Juventud, del 22 al 28 de julio en Río de Janeiro, donde se espera la llegada de dos millones de peregrinos.El lunes hubo diferentes protestas en una decena de estados brasileños, entre ellos Sao Paulo, Santa Catarina, Amazonas y el Distrito Federal. Las manifestaciones bloquearon algunas autopistas, pero en su mayoría fueron pacíficas.En Sao Paulo, un grupo de inmigrantes bolivianos protestó ante el consulado de su país por el asesinato la semana pasada de un niño boliviano de cinco años durante un asalto.





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