MOSCÚ, Rusia (Agencias). La pérdida de un cohete Protón-M, que debía poner en órbita tres satélites y que se estrelló segundos después de su lanzamiento en el cosmódromo de Baikonur (Kazajistán), supone un nuevo y duro revés para la industria espacial rusa.El aparatoso accidente no causó víctimas entre el personal de las instalaciones de Baikonur, que Rusia alquila a Kazajistán desde la desintegración de la Unión Soviética.En pocos segundos, después de su despegue, el cohete pierde estabilidad, se desvía de su trayectoria vertical, gira, vuela unos instantes paralelamente a la tierra y se estrella contra el suelo causando una gigantesca explosión.“El primer análisis permite suponer que se produjo un fallo en uno de los propulsores de dirección”, dijo una fuente de Baikonur a la agencia Interfax. Agregó que los propulsores de empuje de la primera etapa del cohete continuaron funcionando hasta el momento mismo en que el Protón-M se estrelló contra el suelo. En el lugar de la caída quedó un cráter de entre 150 y 200 metros de diámetro.El Ministerio de Emergencia de Kazajistán alertó de la amenaza ecológica que supone el accidente, ya que el cohete cargaba en sus depósitos cerca de 500 toneladas de combustible altamente tóxico.El accidente obligará a suspender todos los lanzamientos desde Baikonur durante unos dos o tres meses, el tiempo que llevarán las labores de limpieza del territorio del cosmódromo, dijo una fuente del sector de la industria espacial rusa.El lanzamiento fallido podría afectar también a la participación de Rusia en importantes programas espaciales internacionales como el de la Estación Espacial Internacional y ExoMars, un proyecto conjunto con la Agencia Espacial Europea de exploración de Marte.El primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, encargó la creación de un comisión gubernamental para investigar las causas del accidente y exigió que le sea presentada una lista con los nombres de los responsables de este fracaso.





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