POSADAS. Luego de las elecciones de 2011 y su ajustado segundo lugar por la intendencia capitalina, el ministro Joaquín Losada envió un mensaje a la cúpula del Gobierno reclamando más espacio. Dijo: “tenemos un capital político de 33 mil misioneros que confían en este espacio político (…) es el 10% de todos los votos que sacó la Renovación en toda la provincia y es más que lo obtenido por todos los otros candidatos a gobernador de la oposición”.Ahora, dos años después, abundan caras largas y disconformidad en el losadismo debido a que sienten que sus candidatos fueron relegados en las listas de concejales para Posadas y diputados provinciales.La gota que rebalsó el vaso, según confirmaron importantes dirigentes del losadismo, fue la postulación en el primer lugar de Julio Vivero, un dirigente que obtuvo el quinto lugar en los comicios de 2011 como candidato a intendente de Posadas.En las reuniones de la “mesa chica” del losadismo admiten que hubiera sido más justo colocar a un candidato del intendente Franco en primer lugar, acompañado en segundo lugar por uno del losadismo. Sin embargo, Santiago “Pinki” Enríquez, candidato del ministerio, ocupa el segundo lugar pero desplazado no por un dirigente del franquismo, sino por Vivero, que culminó lejos de los primeros lugares.Al no tener un candidato de la Municipalidad en primer lugar, los seguidores del ministro Losada esperaban que sea uno de ellos el que encabece la lista en Posadas.Debido a las tensiones que existen y son evidentes entre el losadismo y el peronismo renovador, la conducción decidió no colocar a un “losadista” en primer lugar y optar por un rovirista de menor perfil como Vivero. Esta maniobra desató la bronca.Para colmo, todavía tienen el amargo recuerdo de haber perdido por un puñado de votos la Intendencia en 2011, que ellos aseguraban haber ganado, pero que inexplicablemente se les escurrió de las manos en el escrutinio definitivo.El otro candidato del Ministerio de Desarrollo Social, Carlos “Tatú” Martínez, ingresa en el puesto once en la lista de diputados, un lugar expectante teniendo en cuenta el número de legisladores que pretende ingresar la Renovación, pero lejano de los primeros lugares que el losadismo cree que merece tener por su caudal electoral.No es novedad que el sector que encabeza el ministro Joaquín Losada es, dentro del radicalismo renovador, el que mayores conflictos tiene con los sectores de origen peronista que integran el gobierno. La situación se vuelve cada vez más tensa, al punto de que operadores del joven ministro vienen manteniendo contactos con otras fuerzas políticas ajenas al Frente para la Victoria a nivel nacional y opuestas al Frente Renovador en la provincia.El distanciamiento entre éste sector y los otros de la Renovación se evidencia en los actos políticos y la campaña de los candidatos en Posadas. Cada sector trabaja por separado, coordinando lo mínimo y necesario con otros candidatos.El panorama político, en definitiva se le puso cuesta arriba por otro aditivo: hay sectores cercanos al losadismo que gestionaron en Buenos Aires ayuda económica -supuestamente para la campaña- y le habían prometido que se la darían, pero en los últimos días se cayó el pedido y en el entorno del ministro creen que hubo una “mano negra” de sectores del Gobierno misionero que frenó la ayuda.La intención era no solo para la campaña de los candidatos propios sino hasta había posibilidades (a raíz de algunas conversaciones) de que la ayuda alcance a otros sectores externos del gobierno renovador. Luego de la caída del “crédito” la relación con otras fuerzas políticas habría quedado debilitada.Además del malestar por los lugares en la lista, hay fuertes disputas por cómo se maneja la caja para la campaña, ya que algunos promueven que se repartan las porciones a cada agrupación con candidato, mientras otros prefieren un manejo más centralizado. Los recursos son menores que en años anteriores y esto recalienta el malhumor.Con el losadismo estaría colaborando fuerte un abogado, ex operador del rovirismo que fue desplazado del Gobierno y que incluso habría sugerido en algunas charlas la posibilidad de impulsarlo por el Frente para la Victoria en 2015.“El candidato de cartón”En el Gobierno trascendió que primero se había designado a un candidato de la Municipalidad y en segundo lugar a un “losadista”, respetando los resultados electorales de 2011; y en sintonía con la estrategia en los otros municipios donde hay elecciones. Pero surgieron inconvenientes con el candidato “franquista”, se modificó la estrategia y cambió el primer lugar. Vale recordar que la Renovación este año presentará lista única de candidatos a concejales en los siete municipios donde hay elecciones legislativas locales.Si bien no se ha eliminado la Ley de Lemas (otros partidos presentan más de una lista), la cúpula partidaria oficial decidió no dividir las aguas con dos evidentes objetivos: evitar internas sangrientas entre dirigentes de un mismo municipio y por otro lado controlar los gastos de la campaña.La primera incursión política de Julio Vivero había sido en 2011, como candidato a intendente del Frente Renovador en Posadas, donde fue apodado como “el candidato de cartón”, a raíz de los afiches de cartón que imitaban su figura, instalados en las calles más transitadas y los semáforos del micro centro posadeño.También se lo recuerda por su eslogan, “En Junio, Julio”, que vinculaba el mes de las elecciones con su nombre. Y se lo denominó el referente del “voto bombacha”, tras asegurar: “… no solo soy una cara bonita”.En 2011, Vivero se asocia estrechamente al grupo político de José Garzón Maceda y Cacho Repetto, dos ex puertistas devenidos roviristas. Garzón Maceda fue el cerebro de una superficial pero exitosa campaña dirigida al electorado más joven, basada en el marketing en los medios de comunicación y las redes sociales, que termina por depositar a Vivero como el quinto candidato más votados del oficialismo. Fue premiado con un cargo en el Infogep y ahora, con el primer puesto de concejal de Posadas. Un cargo que muchos dentro de la Renovación creen que le queda grande, no sólo el losadismo.





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