BUENOS AIRES (NA). Ante el enfriamiento del consumo y la necesidad de estimularlo de cara a las elecciones legislativas, el Poder Ejecutivo anunció una serie de medidas que apunta a reactivar la demanda, con el objetivo también de recuperar la demanda laboral, que marcó la pérdida de 255 mil empleos en el último trimestre.En los primeros meses del año, el consumo estuvo “alineado con una débil performance de la actividad, así como con un enfriamiento del mercado laboral”, consignó un informe de la consultora Ecolatina.Las diferentes variables que cuantifican la evolución del consumo (ventas en supermercados, ventas minoristas, IVA DGI) muestran que el gasto de los hogares se resintió.Los indicadores de confianza del consumidor también muestran una pronunciada caída en los últimos meses.El informe advirtió que “tanto la baja creación de empleo como el contexto de salarios reales estancados afecta la capacidad de crecimiento del consumo”.El empleo trepó tan sólo 0,7% en el primer trimestre de 2013, mientras que la subocupación demandante aumentó 11%.Para Ecolatina, el salario real acumula una caída de 1,1% respecto de diciembre último, mientras que se mantiene estable con relación a los registros de los primeros meses de 2012.En este contexto, la mayoría de los sindicatos cerró paritarias en torno al 24% a aplicarse durante los próximos doce meses, superando las pretensiones que tenía el Gobierno a principios del año.En muchos casos incluyen aumentos retroactivos, además de subas no remunerativas que aumentarán el poder adquisitivo de la fuerza de trabajo.“En los últimos años la elevada inflación empujó al sector privado a adelantar decisiones de consumo ante la pérdida de poder adquisitivo de sus saldos reales y la falta de alternativas de ahorro/inversión en pesos”, consignó el estudio.Pero ante la “exacerbación de las tensiones cambiarias” se fortaleció tanto la dolarización de portafolios como el gasto en turismo externo o de bienes importados como forma de acceder a un dólar inferior al paralelo.El Poder Ejecutivo anunció una serie de medidas que apunta a reactivar la demanda. El aumento de las asignaciones familiares actúa en este sentido y, sumado a los acuerdos salariales, permitirían un “shock de ingresos” que se canalizaría al consumo.Pero el riesgo implícito es que los nuevos pesos volcados al mercado (que inicialmente apuntalarán el gasto) luego se dirijan al mercado paralelo, presionando nuevamente sobre la brecha cambiaria.Según Ecolatina, “el poder de compra de los hogares se está viendo afectado no sólo por salarios reales estancados, sino también por el enfriamiento del mercado de trabajo”. La consultora pide tener en cuenta que “las subas se darán de manera escalonada, por lo cual el impacto pleno se distribuirá en el tiempo; sin embargo, en muchos casos incluyen aumentos retroactivos, además de subas no remunerativas que en los hechos no se computan como alzas de salarios, pero aumentarán el poder adquisitivo de la fuerza de trabajo”.También advierte que en los últimos años la elevada inflación empujó al sector privado a adelantar decisiones de consumo ante la pérdida de poder adquisitivo de sus saldos reales y ante la falta de alternativas de ahorro/inversión en pesos (tasas reales negativas).Entre junio y julio -dependiendo del caso- se empezarán a transferir los nuevos montos en concepto de asignaciones, donde destaca una suba de más de 35% en la Asignación Universal por Hijo (AUH).El monto del beneficio pasa de 340 a 460 pesos y se solapa con el aumento del 26% otorgado en septiembre último, por lo que en julio la AUH mostrará un fenomenal incremento, superando ampliamente a la inflación.Considerando el número de beneficiarios totales, así como las nuevas escalas y los aumentos, esto implicará una inyección anual de 16.800 millones de pesos, de los cuales estimamos que alrededor de 5.400 millones se volcarán antes de las elecciones.





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