ROMA, Italia (AFP-NA). El papa Francisco denunció ayer a “las mafias” que “explotan” a los hombres y los reducen “a la esclavitud”, un día después de la beatificación en Palermo de un cura asesinado por la mafia siciliana.Durante el Ángelus dominical en la plaza de San Pedro, el papa rindió homenaje al padre Giuseppe Puglisi, conocido como “Don Pino”, “cura y mártir”, asesinado en manos de la mafia en 1993. Era una persona “ejemplar, dedicado a la pastoral juvenil para mantener (a los jóvenes) alejados de la mafia (…) Debemos hacer de su ejemplo un tesoro”, exhortó el Papa.“Pienso en todo el dolor infligido a los hombres, mujeres e incluso a los niños, explotados por las mafias (que) los transforman en esclavos, con la prostitución, la presión social”, añadió. “Detrás de esa explotación, esa esclavitud, están las mafias… ¡Ellos no pueden hacer eso, convertir a nuestros hermanos en esclavos!”, exclamó el Papa de 76 años.“Don Pino”, sacerdote de San Gaetano en el barrio Brancaccio de Palermo, muy popular entre los jóvenes por su lenguaje directo, fue asesinado el 15 de septiembre de 1993 de un tiro en la nuca. Dos padrinos de la mafia, Filippo y Giuseppe Graviano, autores intelectuales del crimen, fueron condenados a cadena perpetua en 2001 y 1999, al igual que los autores materiales.Benedicto XVI le rindió homenaje en 2010 durante una visita a Palermo, antes de autorizar en el 2012 la promulgación del decreto del “martirio” de Don Puglisi, asesinado por “odio a la fe”. Para ser beatificado como un “mártir de la fe”, no se requiere un milagro.Por otra parte, Francisco, que pidió a los sacerdotes que lleven el mensaje de Dios hasta la “periferia” de la sociedad, visitó por primera vez una parroquia de los suburbios de Roma. Las campanas de las iglesias resonaron en el barrio popular de Prima Porta, en el norte de la capital, cuando llegó el papa Francisco, que fue recibido por centenares de fieles entusiastas que le saludaron con pañuelos con los colores del Vaticano. “El Papa está en el Vaticano, estoy aquí como obispo de Roma”, dijo Francisco en una misa al aire libre. “No se comprende la realidad desde el centro sino desde la periferia” afirmó el pontífice. Estado y mafia De acuerdo con investigadores, existió una negociación entre funcionarios y líderes de la Cosa Nostra, a principios de los 90, para acabar con una oleada de atentados.Tras años de investigaciones y polémicas, en el banquillo se sentarán diez imputados, acusados de presiones y amenazas al cuerpo del Estado.Son el entonces ministro del Interior y ex presidente del Senado Nicola Mancino, el ex senador Marcelo dell’Utri, brazo derecho de Silvio Berlusconi, y los antiguos responsables del cuerpo especial de los Carabineros del ROS, los generales Mario Mori y Antonio Subranni, además del ex general Giuseppe De Nonno.A ellos se unen también los jefes mafiosos que aterrorizaron a toda Italia, Salvatore “Totó” Riina, su estrecho colaborador Giovanni Brusca, el que fuera su médico personal Antonino Cinà, y el mafioso Leoluca Bagarella.El décimo imputado es Massimo Ciancimino, hijo de Vito, alcalde de Palermo, que con sus revelaciones y documentos heredados de su padre ha hecho que los jueces contasen con pruebas para reabrir el caso.De acuerdo con los investigadores, existió una negociación entre representantes del Estado y los líderes de la Cosa Nostra, a principios de los 90, para acabar con la oleada de atentados cometidos por la mafia. Ciancimino aseguró que su padre le dejó antes de morir, en 2002, un folio, el llamado “papello”, con las doce peticiones que el padrino de Cosa Nostra Salvatore “Totó” Riina habría hecho al Estado para poner fin a los atentados de aquellos años.





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