BUENOS AIRES (Medios digitales). Una joven madre de 33 años fue asesinada a golpes por su ex pareja, quien acorralado por la Policía finalmente decidió quitarse la vida, informaron fuentes policiales al sitio Online-911. El crimen, de ribetes pasionales, habría ocurrido la semana pasada pero el cuerpo de Romina Anastasio Prituluk fue hallado el pasado viernes al mediodía, en un descampado cercano a un aeroclub, y en avanzado estado de descomposición. Su ex pareja, identificado como Enrique Flores, de 37 años, había realizado una denuncia por desaparición de persona el miércoles pasado. Según manifestó, su esposa había desaparecido el lunes pasado. Incluso, en su muro de Facebook solicitaba la colaboración de la comunidad para tratar de dar con su paradero. Horrendo hallazgoEl viernes último, un hombre alertó sobre el hallazgo de un cuerpo que estaba oculto debajo de ramas y matorrales. Se trataba de Romina Prituluk.El cadáver estaba en un monte, entre altos pastizales, a pocos metros de la tranquera de acceso del establecimiento rural “Dos hermanas", cercano a las vías de ferrocarril.En base a los datos recolectados, y las dudas que dejó la denuncia de la ex pareja de la mujer, en forma inmediata la justicia ordenó allanar la casa donde vivía la pareja, ubicada en las calles Primera Junta y Pío XII, en la ciudad de Tandil. Los voceros dijeron que, entre otras cosas, a través de pruebas químicas en la escena, encontraron manchas de sangre. Más tarde descubrieron más evidencias en el coche que utilizaba Flores. Acorralado por las pruebas en su contra, y cuando estaba a punto de ser detenido, el ex esposo de Romina decidió quitarse la vida. Se anudó una soga al cuello y se colgó en el baño de la casa. En el comedor quedó su hijito, de apenas 2 años, y testigo de un drama que lo marcará para toda la vida. Se ganaba la vida como empleadaTodas las mañanas, Romina Prituluk tenía una rutina: mientras su hija mayor de catorce años iba a la escuela, ella salía para su trabajo como empleada doméstica y, de camino, dejaba a su hijo de dos años en la guardería. Pero aquel pasado lunes 20 de mayo fue diferente. Algo pasó. Los allegados a Romina dejaron de verla, de saber de ella. En un primer allanamiento en el domicilio de la mujer, los efectivos no hallaron nada. La joven madre vivía con sus hijos, porque hace un tiempo se había separado del padre de los chicos. Alquilaba la propiedad donde residía y trabajaba de mañana y de tarde en casas de familia. “Era una madraza”Familiares directos de Romina recordaron a medios de esa localidad que temieron lo peor desde el primer momento, ya que la joven “nunca dejaría a sus hijos. Era una madraza”. Pese a que la denuncia policial fue hecha aquel 20 de mayo, la policía nunca informó a la prensa de la búsqueda. No obstante, sus familiares iniciaron una campaña en las redes sociales para dar con su paradero. Lamentablemente se dio el peor desenlace.





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