ESTOCOLMO, Suecia (Agencias y diarios digitales). Varios barrios de las afueras de la capital sueca sufrieron disturbios por tercer día seguido, con una treintena de coches quemados, rotura de ventanas y enfrentamientos con la policía sueca. Ocho personas fueron detenidas tras los incidentes, según informó la Policía, que constató una disminución en la intensidad de los enfrentamientos, que sin embargo se han extendido a más suburbios de la capital sueca, casi todos con mayoría de población de origen inmigrante y problemas sociales.Los disturbios comenzaron el domingo en Husby, al oeste de la capital, donde días antes un inmigrante con problemas psíquicos murió por disparos de la policía en su apartamento, donde se había encerrado con su compañera, y que supuestamente había amenazado con un hacha a los agentes, que aseguraron actuar en defensa propia.La Policía abrió una investigación del incidente, pero eso no evitó que los desmanes se recrudecieran la noche siguiente y que empezaran a extenderse a otros barrios de la periferia cercanos.Los medios suecos recopilaron durante las últimas horas testimonios de vecinos de Husby que denuncian abusos policiales contra niños y ancianos e insultos racistas de los agentes como “negros”, “ratas” o “monos”, lo que dio lugar a críticas generalizadas y la apertura de otra investigación policial interna.La asociación Megafon, que trabaja con grupos de jóvenes inmigrantes en la zona, vinculó las protestas con el racismo y con la sensación de abandono que se vive en este y en otros barrios, con índices de paro juvenil que rondan el 20%.El primer ministro conservador, Fredrik Reinfeldt, había salido a pedir calma y condenar las acciones violentas. “Hay grupos de jóvenes que piensan que pueden y que deberían cambiar la sociedad por la fuerza. Seamos claros: eso no está bien. No podemos dejarnos gobernar por la violencia”. Ayer fue el ministro de Integración, Erik Ullenhag, el que intervino y reconoció que las zonas afectadas son áreas con malos resultados escolares, y altas tasas de desempleo, especialmente entre los jóvenes. “Es uno de nuestros principales retos sociales”, explicó el ministro, que detalló algunas medidas a tomar en este tipo de zonas.“Temo que esto vaya a peor. Será como en Francia”, augura Oscar, un joven de Kista de 23 años, en declaraciones al diario local de izquierda Aftonbladet. En 2005, la muerte de dos menores electrocutados cuando huían de la policía desató una oleada de disturbios en barrios periféricos de toda Francia que duraron 19 días y se saldaron con miles de detenidos y de coches quemados. El joven de Kista se queja de que llevan años sufriendo “acoso policial, desempleo y aislamiento”, y también alude a la muerte del hombre de 69 años a manos de la policía. “La próxima vez podría ser mi padre, o mi hermano”, señala.En su editorial, el diario Aftonbladet expuso que los disturbios representan un “gigantesco fracaso” de una política gubernamental que llevó al aumento de los guetos en los suburbios. “Hemos fracasado en dar esperanza de futuro a la mayoría de la gente de los suburbios”, dijo Anna-Margrethe Livh del opositor Partido de Izquierda en declaraciones al diario Svenska Dagbladet. Un partido contrario a la inmigración, los Demócratas de Suecia, escaló hasta el tercer puesto en las encuestas de cara a las elecciones generales del próximo año, lo que refleja la inquietud por la inmigración entre muchos votantes. Alrededor del 15% de la población nació en el extranjero, la mayor proporción entre los países nórdicos. El desempleo entre los nacidos fuera de Suecia está en el 16%, frente al 6% para los nacidos en el país, según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde).




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