OKLAHOMA CITY, Estados Unidos (AFP-NA). Los equipos de socorro buscaban anoche supervivientes del tornado que el lunes devastó Moore, una localidad de Oklahoma (centro-sur de Estados Unidos), destruyendo casas y edificios, incluyendo dos escuelas, con saldo oficial de al menos 24 muertos, entre ellos nueve niños.La jefa forense de Oklahoma, Amy Elliott, dijo a AFP que la morgue había recibido 24 cuerpos y que la mayoría de ellos habían sido identificados. Precisó que nueve de los muertos son niños, y que siete de ellos fueron hallados en una de las escuelas devastadas. “Este balance todavía puede aumentar”, dijo Elliott, quien explicó que los superiores balances previos se debieron a que los fallecidos fueron contabilizados más de una vez.El presidente estadounidense, Barack Obama, declaró el estado de desastre en el área, lo que abre la vía a ayudas federales para las zonas devastadas en los condados de Cleveland, Lincoln, McClain, Oklahoma y Pottawatomie, indicó la Casa Blanca en un comunicado. Los servicios de socorro peinaban los escombros mientras los residentes más veteranos de Moore, de 55.000 habitantes, no lograban recordar un tornado que haya causado tanta devastación. El jefe de policía de Moore, Jerry Sillings, dijo que “la búsqueda (de personas entre los escombros) siguió toda la noche”. Terry Watkins, portavoz del departamento de gestión de emergencias de Oklahoma, dijo a AFP que en la búsqueda de la noche del lunes a este martes, se encontraron 101 supervivientes. Según las autoridades locales, aún hay varias personas desaparecidas. “Tuvimos un tornado masivo, enorme”, dijo la gobernadora de Oklahoma, Mary Fallin, en conferencia de prensa poco después del paso del embudo de viento a media tarde del lunes. El servicio meteorológico nacional calificó la fuerza del tornado como EF-4 en la escala de magnitud de estos fenómenos, lo que supone vientos que van desde los 260 hasta los 320 kilómetros por hora, más severo que un huracán de categoría cinco.Los meteorólogos, azorados, describían al tornado de tres kilómetros de ancho como de proporciones épicas, mientras los helicópteros filmaban como el embudo negro golpeaba los suburbios de Oklahoma City, capital del estado homónimo. “Para mí, esto es más grande de lo que nunca he visto. Es absolutamente enorme. Es horrendo”, dijo la gobernadora de Oklahoma, Mary Fallin, a la cadena NBC. “Parecía como si alguien hubiera puesto en marcha algo para destruir infraestructuras, no cuadras, sino millas, y grandes edificios desde hospitales hasta escuelas, bancos y centros comerciales, cines”, agregó.Reporteros de la cadena de televisión local KFOR vieron cómo sacaban de entre los escombros de la escuela primaria Plaza Towers a niños de unos nueve años. Los angustiados padres, mantenidos alejados por los equipos de emergencia, se agrupaban el lunes cerca de los escombros, según los medios locales, que mostraban decenas de socorristas buscando entre los restos. El tornado también golpeó a la escuela primaria Briarwood, pero al parecer no hubo allí víctimas mortales.El centro médico de Moore fue evacuado tras sufrir graves daños, según un portavoz entrevistado por la cadena News9, y todos los pacientes fueron trasladados a otros hospitales. Los problemas de energía agravaban la situación. En torno a 35.000 habitantes de Moore carecían de gas y electricidad en la mañana del martes, señaló la compañía OG&E. Las operaciones de rescate se veían dificultadas no solo por las pilas de escombros, sino también por las líneas caídas del tendido eléctrico y podrían encontrarse con mayores obstáculos si se cumplen los pronósticos de clima severo en la región.La localidad de Moore ya había sido destruida en parte en mayo de 1999 cuando un potente tornado mató a 44 personas. Los estadounidenses que sobrevivieron al tornado del lunes describieron su carrera para hallar refugio para luego salir de entre escombros para ver solo devastación. Una mujer con raspones en la cara que se identificó como Elizabeth, dijo al canal KFOR que aceleró por la autopista para intentar llegar a su casa y salvar a su perro Ginger. Una vez allí, se metió en una tina de baño con el perro y unas cuantas almohadas, mientras el tornado sacudía y levantaba todo a su paso. Lo próximo que vio fue su casa convertida en escombros. “No puedo creer que hayamos sobrevivido a esto”, dijo.Un poco más al norte, en Oklahoma City, las sirenas de alerta por tornados se activaron al menos tres veces el lunes y la carretera 35, una autopista muy transitada que atraviesa el estado de norte a sur, quedó cerrada al tránsito y reservada únicamente para los vehículos de emergencia.Según la cadena News9 se instalaron refugios de emergencia en la ciudad, en especial en las iglesias. “No tenía idea de que llegaba” el tornado, dijo Lando Hyde, el empleado de un establo, al canal KFOR. Lo primero que hizo fue liberar los caballos y luego buscó refugio en el establo. “Era terriblemente ruidoso y se podían ver las cosas volando por todas partes”, explicó. Un fenómeno particularmente poderosoLos tornados son comunes en las grandes llanuras de Estados Unidos, pero el que sembró la muerte y la destrucción en la localidad de Moore, en los suburbios de Oklahoma City (centro-sur), se distinguió por su violencia y, sobre todo, porque golpeó a una ciudad, subrayan los especialistas.“En lo que concierne a su gravedad, está en la cima”, comentó a la AFP Jean-Marie Carrière, director del servicio de meteorología francés.“De allí a decir que es una sorpresa, desgraciadamente no, porque es un fenómeno relativamente regular en Estados Unidos”, añadió. La mayoría de los tornados se producen en los estados de las grandes llanuras: Texas, Oklahoma, Kansas. Con 1.200 tornados por año en promedio, Estados Unidos es el país con mayor frecuencia de ese tipo de fenómeno climático en el mundo.El tornado que arrasó Moore fue clasificado como EF-4 en la escala de intensidad de los tornados, que va de 0 a 5, es decir con vientos de entre 260 y 320 kilómetros por hora. “Solo 2% de los tornados en Estados Unidos llega a ese nivel”, destacó Andrew Barrett, meteorólogo de la Universidad de Reading (Reino Unido).En su momento más álgido, el tornado de Moore llegó a tener hasta tres kilómetros de amplitud. “Es bastante excepcional. Estamos realmente ante un fenómeno poderoso”, señaló Carrière. En el colmo de la mala suerte, golpeó una ciudad, un fenó
;meno mucho más raro que los propios tornados.Las grandes planicies estadounidenses son las zonas más propicias para las tormentas, “estadísticamente propicias, por tanto, a la aparición de los tornados”, explicó Carrière. Los tornados, en efecto, están siempre asociados a fenómenos tormentosos muy violentos, llamados “tormentas super-celulares” por los meteorólogos.Es un fenómeno que aún sigue siendo objeto de investigación. Ya que a pesar de que se conoce bien el contexto en el que pueden nacer los tornados, sigue siendo difícil preverlos con precisión. “Hay casos en los que están dados todos los ingredientes y (los tornados) no se producen”, destacó Carrière. “Nada permite afirmar que los tornados se estén convirtiendo en más frecuentes o más intensos”, asegura. Los expertos estiman asimismo que es “muy difícil” asegurar si el cambio climático puede incrementar la ocurrencia o la potencia de los tornados.




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