POSADAS. En los años 50 la rivera del Paraná fue el lugar propicio para el desarrollo de pequeños poblados, generalmente asentamientos irregulares, construidos con los escasos recursos de las familias y, por supuesto, sin tener en cuenta dimensiones espaciales. Con las obras de tratamiento costero, estos caseríos prácticamente desaparecieron, salvo algunos -hasta ahora- que por algún motivo u otro pudieron esquivar la relocalización. Este es el caso de las cincuenta familias del barrio San Roque, situado al lado de la capilla del mismo nombre, en el cotizado barrio Aguacates, para quienes pesa desde hace años la amenaza de expulsión. “Nosotros no estamos cerrados al diálogo, todo lo contrario, pedimos encarecidamente a las autoridades que se acerquen a hablar con nosotros para encontrar una solución que nos sirva a todos. Nuestras familias viven aquí hace más de cincuenta años. Somos pobres, pero eso no quita que seamos personas con derechos”.“Tenemos dos problemas puntuales: la que afecta a la manzana 215 y otra por la supuesta vía pública, que en los planos de Posadas figura como calle, en la década del 70 se diagramó como calle, pero eso se hizo cuando había familias que vivían allí”, Esta es una problemática de vieja data, inclusive en 2009 hubo un intento de desalojo de parte de la Municipalidad, para que salgamos de la vía pública, como si nosotros nos hubiéramos instalado en ese momento, siendo que algunos ya vivíamos aquí desde varias décadas. No es que hayamos cerrado la calle, sino que se diagramó con gente viviendo allí”, explicó el vecino.Según rumores que llegaron hasta ellos, existiría una causa judicial que puntualmente pediría el desalojo del lugar.





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