POSADAS. De visita en Misiones, el catedrático Gilberto Hernández Pérez, docente de la La Universidad Central Marta Abreu, de Las Villas, ubicada en la zona nordeste de la ciudad de Santa Clara (Cuba), dialogó con PRIMERA EDICIÓN sobre la aplicación del cooperativismo como alternativa a los modelos económicos verticales. “Vine con la idea de poner en debate, como punto de partida, mis experiencias con el trabajo cooperativo para la contribución del desarrollo local”, aseguró. Su estancia en la capital provincial se concretó en oportunidad de las Jornadas Científico Tecnológicas de la UNaM.¿Como encajó el trabajo cooperativo en el modelo económico cubano?El desarrollo local no es una técnica, sino una tendencia -ni vieja ni joven- pero eficiente como mecanismo complementario de desarrollo. Científicamente ha sido pensado hace pocos años. Quizá esa haya sido la forma de cómo se formó el mundo, pero como estudio de desarrollo, como ciencia, recién se está haciendo ahora. En Cuba, nuestro sistema económico es centralizado y el trabajo cooperativo viene a ser una alternativa de desarrollo que en el modelo de transformación cubano actual encaja muy bien, porque realmente el Estado no puede llegar a todos lados. Es entonces que el desarrollo local es una alternativa al desarrollo económico nacional, porque atiende las necesidades especificas de las comunidades. Puede haber un excelente plan económico, pero ni los mejores llegan tan abajo, es decir, a todos los sectores. Puede ser interpretado como esa sábana pequeña, que cuando me tapo la cabeza, me destapo los pies. Entonces hemos aprendido a aprovechar los recursos endógenos que tienen las comunidades (ahí caben los conceptos de mini-industrias, cadenas de valor locales y otros) que complementan los planes verticales de la economía central. En mi estancia aquí he notado, por ejemplo, las características del plan Argentina Innova 2020. En esta provincia existen muchas tendencias de desarrollo local que complementan ese plan. Algo que resalto en este sentido es el Parque Tecnológico de Misiones, que se gestó desde aquí, no vino de fuera, entonces cuando lleguen los planes nacionales será una fortaleza de Misiones para asumirlos.¿Cuáles han sido las particularidades de estas estrategias de cooperación y desarrollo en las ciudades cubanas más alejadas de la capital del País?Empezamos esto más bien a partir del desarrollo agropecuario. La gran necesidad era la alimentación, que es tres veces al día, y lo otro no (bromeó). Entonces se empezó a aprovechar el cooperativismo, que era algo muy usual en las empresas agrícolas. Actualmente ya se están extendiendo cooperativas en los rubros de la construcción, transporte, comercios. Todo por la vía cooperativa que hoy por hoy es una respuesta a las necesidades de la población. Ningún plan alcanza si cada cual se encierra en su propio negocio. Mi problema es el problema del otro. Al crearse una cooperativa, los financiamientos o presupuestos que se asignen resuelven el problema de unos cuantos y lo mejor es que ese dinero es administrado por los mismos beneficiarios. Entonces vuelvo a la idea, el desarrollo local en Cuba se proyecta por el lado de las cooperativas, porque el dinero no alcanza para todos. Al ser un país tercermundista, a pesar de que tenemos algunos logros en economía, en la sociedad somos un país con menos recursos que cualquiera. No tenemos el agua de Misiones, ni el dinero argentino o las vacas sagradas. Entonces no nos ha quedado otra que aprovechar la inteligencia.Esto les ha servido para enfrentar el bloqueo…Uno de los puntos que resalto como parte de nuestra experiencia es que la vía de la inversión extranjera no es la única vía posible para el desarrollo. Lo hemos sentido casi de rebote. Hemos escuchado muchísimas veces “ustedes no tienen inversión extranjera, están muertos”. Y bueno, todavía no nos morimos. Y eso porque el desarrollo endógeno es posible. Claro puede que en algún momento te falta capital, pero se consigue a veces por otras vías, ya que afortunadamente hay suficientes organizaciones no gubernamentales en el mundo que apuestan por el desarrollo local. La gran mayoría de los proyectos que tenemos alrededor del desarrollo local tienen un apoyo de ONG internacionales. En Cuba, Portugal y Suiza financiaron una buena parte de estos proyectos mediante ONG.¿Cuál es la dimensión de la experiencia cooperativa cubana?Nuestro país no es federativo como Argentina, aunque se divida en provincias y municipios, no son estados federados. Nuestra nación es una isla pequeña que cabe unas cuantas veces en este país, pero nuestro modelo político promueve todo esto. Se han hecho experiencias de este tipo en todo el país. Actualmente tenemos 21 universidades que pertenecen al Ministerio de Educación superior y 68 contando las universidades médicas y pedagógicas, y en todas prácticamente existe algún tipo de investigación endógena. Ser chiquitos tiene sus ventajas.En lo político, ¿cuáles han sido las transformaciones a las que está asistiendo Cuba tras la salida del Fidel Castro del Gobierno?Esto tiene su explicación, porque a veces lo que a ustedes les llega no siempre es lo que en realidad pasó. Fidel no estuvo allí (en el gobierno) porque se lo propuso. La memoria no me ayuda mucho, pero las primeras elecciones parlamentarias fue en los 70. Recordemos que del 59 al 70 hubo un período revolucionario, gobernado por un Estado revolucionario. Nuestro sistema es parlamentario, Fidel fue electo presidente y presidió el Consejo de Ministros hasta que por cuestiones de salud tuvo que salir. A su hermano Raúl Castro lo eligieron también, no lo puso él. A veces pasa que la gente cree que así un gobernante puede colocar a toda su familia en el gobierno y nosotros no somos el reino de España. Después de que Raúl entró al poder, y más aún en los últimos años ha habido un fuerte cambio institucional del país en cosas en las que ya estábamos débiles y se lo está reconsiderando. Lo que sí ya está claro para cualquier cubano es que la educación no la vamos a pagar, la salud sigue siendo gratuita. Algunas cosas que teníamos gratis, ya no pueden seguir siéndolas. Por ejemplo, el deporte, antes íbamos al estadio a ver los partidos de fútbol o béisbol y no nos costaba un centavo, pero hay que pagarlo. Lo que se mantiene y se mantendrá es que en Cuba no cuesta nacer, no cuesta educarnos, ni cuesta morirnos. Los indicadores de salud son altos en cuba, comparables incluso con países desarrollados. Lo principal que atañe a cualquier persona es la mortalidad infantil, la esperanza de vida que está arriba d
e los 76 años. En Cuba, la cantidad de niños muertos al nacer son menos de tres por cada mil niños nacidos vivos, y lo mismo con las madres. Cuando las vacas son flacas, cuando los negocios no prosperan, hay dos opciones: echarse a dormir o ponerse a estudiar. Los cubanos nos pusimos a estudiar y hoy en día los cubanos estamos en tiempo de cosecha. Estamos muy satisfechos con la inteligencia colectiva que nuestro país creó. No hay país perfecto, tenemos muchos problemas, materiales algunos, incomprensiones otros. Uno de los mayores problemas es el embargo económico, porque es el poderoso que se sienta arriba del plato diario de los cubanos y nos cuesta trabajo. Lo que ha sido una gran bendición es el turismo, ya que llegan muchos argentinos a Cuba, muy queridos, con quienes mantenemos una relación de amistad por una cuestión de cercanía sentimental por el Che, a quien conocí en vida. Entonces es muy reconfortante estar entre argentinos, que más allá de la cercanía es uno de los países latinoamericanos, junto con Brasil y México, que dignifica a Latinoamérica.




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