POSADAS. La Asamblea Legislativa del estado brasileño de Paraná aprobó, con 42 votos a favor, el proyecto ejecutivo que prevé la instalación de la represa hidroeléctrica Baixo Iguaçú, sobre el río Iguazú, a unos cien kilómetros de las Cataratas de Iguazú y a cincuenta de la frontera con Misiones. El proyecto depende ahora sólo de la sanción del gobernador, Beto Richa, para convertirse en ley.El grupo Neoenergia, de Río de Janeiro, fue el ganador de la licitación para la construcción de la planta, previendo invertir aproximadamente 1,6 mil millones de dólares con planes de inicio este año y de terminación en 2016.De acuerdo al diputado oficialista Ademar Traiano, la represa ubicada entre Capanema y Capitán Leonidas Márques “es una vieja demanda de diez años en un área que tiene que encontrar la manera de impulsar la economía.Se trata de una región que sufre la frontera, vinculada al Parque de Iguazú sin actividad comercial y que ahora tendrá una herramienta más en el turismo, ya que la planta estará abierta a los visitantes”.Según la Adahbi (asociación de víctimas de la hidroeléctrica Baixo Iguaçú), alrededor de 359 familias estarán afectadas por la planta, la mayoría (189) de Capitán Leonidas Márques.El 7 de mayo, cuando se aprobó la iniciativa, la Asamblea Legislativa de Paraná tomó la decisión de formar un grupo parlamentario para supervisar la construcción, tras una reunión mantenida con los miembros de la Adahbi, representantes del grupo Neoenergia-Generación y Cerro Azul, además de los alcaldes de los municipios afectados.Una de las gerentes de Neonergia, Tatiana Vazques, declaró a los medios locales que la empresa espera iniciar a construcción en junio.El comienzo de la obra depende de que se otorgue una licencia de operación por parte de Instituto Ambiental de Paraná. El proceso de desarrollo del proyecto viene retrasado desde 2008 por cuestionamientos planteados por la cercanía de la represa al Parque Iguazú del lado brasileño, lo que provocó demoras en el otorgamiento de las licencias ambientales.La intendente de Capanema, Lindamir Benardin, aseguró en declaraciones a la red Globo.tv que la licencia ambiental está a punto de ser votada.Aseguró que por las características del proyecto, la central no generará impacto ambiental en el Parque Iguazú, pues inundará poco terreno.Se mostró esperanzada en un pronto inicio de las obras, dado que darían trabajo a unas 3 mil personas y la central aportaría la energía que su municipio necesita para alimentar a la industria y al consumo domiciliario. Señaló además que ya se están instalando en la zona los ingenieros que van a trabajar durante la construcción de la presa.Por su parte, Marcelo Godoy, procurador de la República de Brasil en Paraná, puso en duda que la obra esté en condiciones de iniciarse pronto. Consideró que faltan estudios ambientales que señalen cómo afectará la central al Parque Iguazú. Los impactos de este ladoLa presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y el ministro de Minas y Energía, Edison Lobão, firmaron un decreto que otorga la concesión de la empresa Céu Azul (Cielo Azul) el derecho a explotar el potencial de la electricidad de la central hidroeléctrica del Iguazú inferior.El decreto fue publicado en la Gaceta Oficial (DOU), el viernes 20 de julio de 2012.La generación de Céu Azul, subsidiada por Neoenergia, iniciará las obras en esta segunda mitad del año.De los impactos y del manejo del río poco se habla, al menos en la prensa. Y los interrogantes se multiplican: ¿qué pasa con la figura de Patrimonio Natural otorgada Por la Unesco (en 1984) a los parques nacionales del Iguazú y a Cataratas que establece que nada puede alterar estos recursos? ¿Y el Tratado sobre el río Iguazú que deberían firmar Argentina y Brasil? ¿Qué ocurrirá si Brasil decide cerrar las compuertas para asegurar la generación de energía? “Impacto negativo”Andrés Bosso, director de la Delegación NEA de la Administración de Parques Nacionales, declaró el año pasado a este diario que “el anegamiento de un sector aproximado a 13 mil hectáreas ya de por sí es un cambio considerable en el flujo de agua a nivel regional. Y si bien probablemente afecte zonas ya degradadas, va a impactar en un área que ya viene siendo diezmada como nunca antes”.Sobre la posibilidad de que Brasil pueda regular el caudal del río, dijo que “en realidad podemos decir que el caudal ya lo está regulando. Conocemos ya diferencias de niveles no sólo mes a mes, sino de un día para otro. La situación puede significar una merma significativa del flujo de agua y, por lo tanto, generar un impacto negativo sobre la calidad de la visita. La “postal” de las Cataratas que los visitantes quieren ver y disfrutar es con agua. No son las cataratas secas. Y si lo fueren, la causa debería ser natural y no decisiones comerciales por venta de energía”. “Siendo una obra que incide en un río compartido con un país vecino, tanto nuestra Cancillería como la Administración de Parques Nacionales seguirán de cerca el tema y también la Provincia y la Secretaría de Ambiente de la Nación tienen roles que cumplir”, indicó Andrés Bosso a PRIMERA EDICIÓN.





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