Posadas. Los problemas de inseguridad en el populoso barrio A-4 no son nuevos, pero los habitantes están más que indignados porque hace unos veinte días que las líneas del transporte urbano de pasajeros dejaron de ingresar al conglomerado habitacional cuando apenas oscurece. El último recorre las calles internas antes de las 19, después de esa hora los pasajeros deben descender o ascender en la parada ubicada a metros de la comisaría XI, sobre la avenida Cocomarola, hasta las 5 del día siguiente, hora que retoman su recorrido. “Acá el problema es el mismo de siempre, los chicos se juntan en las paradas y apedrean los colectivos o roban a la gente, el celular, la billetera”, comentó un vecino que prefirió no dar su nombre por temor a represalias. “Las patotas ya no se agarran como antes, pero son los mismos de siempre los que molestas, roban, la Policía los detiene un día y al siguiente ya están en la calle, todos saben quiénes son”, lamentó un residente, quien señaló que por culpa de esos grupos los vecinos que trabajan, estudiantes y quienes salen a realizar trámites deben caminar más de diez cuadras, hasta la parada de la avenida Cocomarola. Desde la comisaría XI, en tanto, señalaron que no hubo denuncias de robos en los colectivos y tampoco que se hayan efectuado hechos vandálicos contra las unidades y consideraron que la medida de suspender el recorrido por el barrio es “una cuestión de la empresa”. Los domingos, desde las 6“Para colmo, los domingos también empiezan a salir más tarde del barrio, recién a las 6, la gente que trabaja temprano debe salir corriendo hasta la avenida”, agregó una vecina que criticó la falta de información por parte de la empresa que presta el servicio, que no avisó a los usuarios. “Quizás piensan que hay muchos ignorantes, pero podrían pegar un cartel porque muchos sí sabemos leer y es obligación de la empresa cumplir con su recorrido”, señaló. En el barrio La Nueva Esperanza o A-4 cuentan con tres líneas: 12, 15 y 3 A-4; pero las dos primeras ingresan hasta -según los vecinos- las 18.30; desde la empresa aseguran que el último pasa a las 19. Los choferes comentaron que por las noches es “complicado” en el interior del barrio. Los vecinos reclaman el servicio de transporte y por ello consideraron que la empresa que presta el servicio debería contar con un policía para poder cumplir, si el problema es la inseguridad. Una situación similar padecen los pasajeros de Itaembé Miní, que deben caminar hasta treinta cuadras, pues la empresa Don Casimiro dispuso que todas las líneas finalicen su recorrido en la comisaría Novena, entre las 0.30 y las 5, porque la Policía no garantiza la seguridad.





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