POSADAS. La alergia a la leche de vaca es la forma de alergia alimentaria más frecuente en los bebés. Afecta entre el 2% y 3% de la población pediátrica durante su primer año de vida. Como el tratamiento implica no ingerir productos con proteína entera de leche de vaca, es imperioso contar con un diagnóstico temprano y certero. Las alergias alimentarias en los niños fue uno de los temas abordados durante las Jornadas Nacionales Conjuntas de Alergia e Inmunología en Pediatría que se realizaron en Rosario.Para el ser humano la leche es el alimento por excelencia durante los primeros seis meses de su vida y constituye el pilar de su alimentación hasta el año de vida. Sin embargo, según estadísticas internacionales, entre el 2% y el 3% de la población pediátrica desarrolla alergia a la proteína de leche de vaca (APLV) en su primer año de vida, un problema que se puede encontrar incluso en bebés alimentados exclusivamente con leche materna. Buen diagnóstico Si bien esta prevalencia luego disminuye y es menor al 1% en chicos de 6 años o más, los especialistas resaltan la importancia de un diagnóstico correcto y temprano, dado que se trata de un problema que, debido al gran número de diagnósticos erróneos, percepciones exageradas y elevada prevalencia de autodiagnóstico, puede poner en riesgo nutricional innecesario a los niños, además de modificar sus hábitos alimentarios.La APLV constituye la forma de alergia alimentaria más frecuente en los primeros meses de la vida. Se trata de una reacción de hipersensibilidad iniciada por un mecanismo inmunológico específico ante la presencia de un antígeno alimentario; en este caso de la proteína de la leche de vaca. La APLV puede producir una variada gama de síntomas de diversa intensidad, y que pueden ser inmediatos (aparecen desde escasos minutos hasta dos horas después de la exposición al alérgeno) o retardados (se manifiestan luego de 48 horas o hasta una semana posterior a la ingesta). Entre los más frecuentes se pueden mencionar la dermatitis atópica y problemas gastrointestinales. El grado de riesgo de padecer APLV en los niños es definido de acuerdo a los antecedentes familiares. Así, según la Academia Americana de Pediatría, se requieren dos familiares de primer grado para identificar un niño con alto riesgo de desarrollarla, mientras que para la Sociedad Europea de Gastroenterología-Hepatología y Nutrición Pediátrica (ESPGHAN) se requiere sólo un familiar.





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