POSADAS. Pareciera una investigación propia de un filme de Hollywood, pero para nada descabellada. Dicen que la realidad siempre supera a la ficción. Y este puede ser un caso. Los detectives que trabajan en el caso Lucía Maidana buscan pistas del asesino en una brutal e impune violación registrada en marzo de 2010.La Justicia tiene el ADN del criminal en aquel caso y también en el de la estudiante oriunda de Capioví, asesinada en forma bestial el 6 de abril pasado en un inquilinato ubicado en inmediaciones de las calles Estado de Israel y Ambrosetti.De no mediar inconvenientes o contratiempos, el lunes serán comparadas las muestras genéticas en ambas causas.Aquella, la de 2010, está en el Juzgado de Instrucción 3 de Posadas, a cargo del magistrado Fernando Luis Verón. Esta, la de Lucía Maidana, en el Instrucción 1, de Marcelo Cardozo.Los detectives intentan determinar si ambos ADN pertenecen a la misma persona. De ser así, se confirmaría un dato escalofriante: se estaría frente a un violador y homicida serial, con perfil psicopático que puede atacar en cualquier momento.Tras la excarcelación del único detenido que tuvo la causa, el estudiante de Antropología Nicolás Sotelo, los detectives parecieran haber vuelto a la primera línea de investigación, aunque no es la única, como se aclaró tantas veces.Tiene relación con el ataque a Lucía, propio de una mente siniestra. Hay que recordar que la joven, oriunda de Capioví, fue agredida a mazazos y abusada sexualmente.El criminal, en su afán por borrar todo tipo de huellas, intentó incendiar el departamento de la universitaria, aunque sin éxito.Eso sí, el cuerpo terminó muy deteriorado porque gran parte fue alcanzado por el fuego.La autopsia incluso determinó que el deceso se produjo por asfixia, debido a la excesiva inhalación de monóxido de carbono.Por la violencia y crueldad, no es descabellado pensar que pueda tratarse de la misma persona. El episodio ocurrido el 26 de marzo de 2010, a eso de las 9.30, en una vivienda ubicada en avenida Lavalle, a metros de la plazoleta Teniente Estévez, también fue siniestro.La víctima, de 15 años, al igual que Maidana, fue violada y golpeada con una crueldad poco común. Incluso, hasta le quebraron la quijada.No sólo eso. El atacante maniató a la víctima después de accederla mientras buscaba objetos de valor para llevarse.Así fue como luego se denunció el robo de una cámara digital, teléfonos celulares y otros electrodomésticos.Los profesionales que atendieron a la adolescente debieron someterla a una traqueotomía para evitar complicaciones respiratorias.La víctima fue encontrada posteriormente por una hermana, aún atada e inconsciente.En el caso de Lucía, los policías informaron en su momento respecto de la desaparición de la computadora personal de ella.El tiempo dirá.Las similitudes entre ambas causas son varias y ambas conllevan una arista más que preocupante: nadie puede asegurar, a ciencia cierta, que vuelva a suceder.El detalle de ambos casos describe a un criminal de una personalidad psicopática y perversa.




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