Liliana Díaz es médica auditora y está al frente de la dirección ejecutiva de la Unidad de Gestión Local del Pami Misiones desde 2009. Durante su gestión ocurrieron cambios importantes en la obra social más grande del país, uno de ellos fue el incremento abrupto de afiliados tras el acceso a la jubilación de las personas sin aportes. En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, confirmó que -sólo en Misiones- los afiliados del Pami pasaron de 46.000 en 2006 a 93.000 en 2013, entre ellos 1.300 veteranos de guerra. Díaz admitió la existencia de problemas estructurales históricos para la atención de los afiliados, entre estos el acceso con demora a los médicos especialistas y, en algunos casos, el cobro de plus por parte de estos profesionales. “Hay problemas estructurales para la atención no sólo de nuestros afiliados sino de los misioneros en general porque hasta el hospital Madariaga, con 18.000 metros cuadrados y capacidad instalada para atender la más alta complejidad, está quedando chico. Durante la década del 80 y 90 no sólo no aumentó la capacidad de internación de la provincia sino que se cerraron sanatorios, como el Sanatorio Misiones, la Clínica Modelo y el Instituto del Diagnóstico en Posadas”, señaló.No obstante, indicó que en los últimos años, gracias al trabajo realizado por el Colegio Médico de Misiones y el Ministerio de Salud Pública, se logró la incorporación de especialistas en áreas críticas, como neurocirugía y neurología, “ahora tenemos algunos neurólogos y neurocirujanos más en la provincia, siguen faltando especialistas pero al menos hemos podido resolver una buena cantidad de los problemas que teníamos. Una especialidad que sigue siendo crítica es la otorrinolaringologia, hay sólo diez profesionales en la provincia”, admitió. Trabajo en terreno“Nosotros, por el modelo de atención que tenemos, logramos algunas cosas porque trabajamos en terreno (Díaz se reune una vez por mes con los centros de jubilados para que ellos señalen los problemas que tienen como afiliados). Por ejemplo, en San Pedro y Andresito nos encontramos sin centros de salud privados y sin embargo había una estructura de Salud Pública que es una maravilla… y fuimos a inyectarle un poco más de recursos al hospital y ellos atienden a los afiliados, los internan, tienen equipo de radiología, de ecografía, una buena atención primaria y posibilidad de diagnóstico. En esa zona, también tenemos convenio con la ambulancia de Salud Pública. Logramos que el oftalmólogo de Eldorado vaya una vez por mes a San Pedro y así por lo menos tenemos resuelto un consultorio primario que garantiza que nuestros afiliados tengan acceso a los anteojos que necesitan”, contó. Así, según indicó, fueron resolviendo caso por caso la falta de especialistas. “En los lugares donde los especialistas no pueden trasladarse tenemos convenios con las ambulancias de los hospitales que trasladan a nuestros afiliados para consultas programadas”, dijo. Médicos de cabeceraEl Pami fue una de las primeras obras sociales del país en implementar el sistema de “Médicos de Cabecera” y para Díaz, la clave de su éxito es que los médicos tienen asignados sus pacientes. “Hace más de 20 años que tenemos médicos de cabecera en el Pami, un modelo que asigna determinada población de afiliados a cada médico. Cada médico guarda la información de sus pacientes y estos se atienden en forma exclusiva con su médico de cabecera. Por supuesto que el modelo permite cambiar de médico de cabecera y este profesional es la puerta de entrada al sistema: es quien dirige al paciente al sanatorio para su atención en el segundo nivel, con los especialistas de ese sanatorio, y también lo dirige a un oftalmólogo y a un odontólogo, sin que ello signifique que el afiliado pueda elegir otro odontólogo u oftalmólogo. La diferencia entre el modelo del IPS y del Pami es, precisamente, que los médicos de cabecera de la obra social provincial no tiene población asignada, pueden atender a cualquier afiliado”, comentó. En cuanto a los pagos a los prestadores, Díaz aseveró que “hace muchos años que estamos pagando en tiempo y forma a los prestadores médicos y sanatoriales. Incluso tenemos algunos adicionales que resultan muy provechosos: un 20% para los médicos en zonas rurales (localidades donde hay menos de 4 mil afiliados), hasta el 45% de su cápita pueden ganar los médicos que indican actividad física y promueve que el afiliado asista los centros de jubilados y participe de alguna actividad física. También venimos formando a los médicos de cabecera desde hace tres años junto a la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) y más de la mitad de los 220 médicos de cabecera que tenemos en Misiones ya hizo el curso de médico de cabecera y -por ello- percibe un 20% más de su cápita. Plus Al ser consultada sobre el cobro de plus, Díaz consideró que “hemos mejorado muchísimo con este tema gracias a la ayuda activa de los afiliados. Puedo decir con seguridad que ninguno de los nuestros médicos de cabecera cobran plus… puede haber demora con los turnos o ser muchas las horas que debe esperar el paciente para su atención, pero ninguno paga plus. No obstante, sabemos que esta práctica continúa entre algunos especialistas”.





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