POSADAS. El único detenido que hasta ayer tenían los investigadores por el crimen de Lucía Isabel Maidana (24), la joven estudiante masacrada a golpes en un inquilinato de Villa Urquiza, recuperó ayer la libertad, después de que los exámenes genéticos solicitados por la Justicia misionera lo favorecieran al dar resultado negativo.Se trata de Nicolás Sotelo (23), el estudiante de Antropología que había sido apresado cuatro días después del crimen, quien ayer recibió la falta de mérito y salió en libertad después de permanecer detenido en averiguación del hecho durante 24 días. De todas maneras, seguirá supeditado a la causa, es decir, a disposición de la Justicia, que todavía no lo desvincula completamente del episodio.La liberación del joven se hizo realidad ayer cerca de las 13.30, después de la confección del acta correspondiente ante el magistrado Marcelo Cardozo, al frente del Juzgado de Instrucción 1 de la Primera Circunscripción Judicial, quien lleva adelante la causa.Horas antes había llegado al despacho del juez el sobre con los resultados de las pericias genéticas solicitadas a un laboratorio de Buenos Aires, al que el propio Cardozo había llamado días antes para solicitar la inmediatez de esas pruebas.Así las cosas, los documentos llegaron ayer y favorecieron a Sotelo, habida cuenta de que la comparación entre el semen hallado en el cuerpo de la víctima y el material genético extraído al estudiante arrojó resultados negativos.Ante esta novedad, Cardozo ordenó la inmediata liberación del único detenido que tenía la causa y le dictó la falta de mérito ante el beneficio de la duda. Esto quiere decir que la evidencia recolectada por los investigadores no fue suficiente para imputarle el delito al estudiante, quien de todas maneras continuará supeditado a la causa, en libertad.El procedimiento se llevó a cabo cerca del mediodía de ayer y Sotelo finalmente fue libre alrededor de las 13.30. En compañía de su abogado defensor, el doctor Alejandro Jabornicky, bajó las escaleras que comunican el Juzgado de Instrucción 1 con el primer piso del edificio del fuero penal del Poder Judicial, en Santa Fe al 1.600 de Posadas. Allí mantuvo un breve diálogo con los medios de prensa apostados en el lugar, en el que reiteró su inocencia y respondió sobre la pelea que había denunciado la hermana de la víctima (ver “Pido disculpas si alcé la voz, fue eso y nada más”).Después continuó su camino hasta la planta baja y ganó la calle, donde lo esperaba su madre y el resto de sus familiares, con quienes se fundió en un abrazo antes de abandonar la escena.De esta manera, el crimen de Lucía se quedó sin detenidos y la Justicia ahora vuelve sobre determinadas líneas con el fin de hallar nuevas hipótesis que permitan el esclarecimiento del hecho.Lucía apareció sin vida alrededor de las 21.45 del último sábado 6 de abril en la habitación 2 del inquilinato de Estado de Israel 3.495 de Villa Urquiza, en Posadas, donde vivía desde hace un buen tiempo.El crimen se descubrió cuando vecinos del lugar comenzaron a notar que de la habitación salía humo. Cuando lograron apagar algunas llamas, descubrieron el cuerpo de la estudiante de Capioví. Había recibido cinco violentos golpes en el cráneo -realizados con un elemento contundente similar a un martillo- pero la autopsia del día siguiente reveló que, pese a que esos impactos eran mortales, falleció por inhalación de monóxido de carbono.El examen forense también reveló que fue violada, lo que le permitió a los especialistas rescatar restos de semen en el cuerpo, los mismos que fueron contrastados en las pericias genéticas cuyos resultados llegaron ayer a Posadas.La reconstrucción de las autoridades indica que el homicida la creyó muerta luego de asestarle certeros golpes en la cabeza y, quizás pensando en ocultar el crimen, intentó incendiar la habitación. Esa estrategia falló, ya que encendió dos focos, pero uno se apagó enseguida.Posteriormente, los exámenes de luminol revelaron que el asesino intentó limpiar la sangre del lugar y hasta se habría aseado en la ducha de la habitación.Cuatro días después del homicidio, el miércoles 10 de abril, la Justicia procedió a la detención de Sotelo en averiguación del hecho. Las pericias sobre prendas de vestir halladas en el edificio donde aseguró que vivía dieron negativo en relación con manchas de sangre. Sin embargo, luego surgió que se había cambiado en la casa de un amigo. Esa ropa sí arrojó resultado positivo y los investigadores aguardan las pericias genéticas sobre esas pruebas.Otro punto que generó suspicacias en los investigadores tuvo que ver con que recién algunos días atrás descubrieron que el estudiante también alquilaba otra habitación a cuatro cuadras de la escena del crimen, de la que nada había dicho en su declaración indagatoria.Todos esos elementos siguen en consideración del juez Cardozo, que continúa investigando la causa que ayer se quedó sin detenidos, pero con varias aristas que todavía desconciertan a los detectives.





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