POSADAS. En septiembre de 2005 la familia que conforman Ricardo Borrillo y Nora Liliana Gargano, de Adrogue -provincia de Buenos Aires-, conocieron la localidad de El Soberbio y las necesidades de su gente a través de un programa de canal Encuentro. Impactados por tanta carencia, un día cualquiera de septiembre de 2005 se subieron a un camión, cargaron algunos artículos que habían conseguido en donación, y ya no dejaron de venir. Actualmente lo hacen por lo menos dos veces al año, siempre con el camión cargado de lo que haga falta para asistir a las familias necesitadas. Eso sí, el trabajo no se reduce sólo a los colonos, sino a donde haga falta un brazo solidario. En este sentido ellos y el grupo de familias que suman su aporte solidario, además de empresas e instituciones benéficas, también colaboraron con material didáctico entregado en aulas satélite, o en el hospital del área donde, por ejemplo hace dos años ayudaron a dejar a nuevo las ocho salas para los enfermos: se colocaron las duchas eléctricas, los cortinados y las sabanas. En otra ocasión también supieron llegar a la comunidad aborigen Yeyi, y al hogar de ancianos.“Prácticamente hacemos un trabajo puerta a puerta, viendo las necesidades de la gente. Esta vez visitaron Colonia Paraíso, Picada Progreso, Picada San Ignacio, Kilómetro 4.Si bien este año no llegaron a las aldeas, pero en este viaje quisieron llegar a todos los parajes más alejados del pueblo”, explicó Ricardo a PRIMERA EDICIÓN tras el viaje.“Podemos decir que en estos años conocimos bien, ya que en cada viaje queremos llegar a los parajes a los que normalmente no llegamos, a otras aulas satélites”, agregó. Esta visita, ocurrida la semana pasada, sirvió para entregar ropa desde bebés a grandes, cochecitos para bebés, juguetes, mochilas, carteras, zapatos, silla de rueda y demás.“Aprovechamos que el buen tiempo nos ayudó para poder entrar hasta el paraje más alejado“ El primer viaje fue más que nada para conocer, nos vinimos con algunas pocas cosas y hasta podemos decir que el puntapié para que nos quedáramos fue una pelota de fútbol. Teníamos una sola, la entregamos en un comedor comunitario del barrio Unión y realmente era tanta la cantidad de niños que querían una que quisimos volver para traerlas. Entonces escribo una nota que sale como carta de lectores de un diario porteño y eso provocó una explosión. Nos vinieron con donaciones desde todo el país. A partir de ello y de la entrega personalizada que hacemos, la gente sabe que todo lo que nos donan llega a la gente”, explicó el hombre sobre la metodología. Ricardo, por cierto, es una persona que sabe moverse para comprometer a empresas de la provincia y el país en la ayuda. Un ejemplo de ello es la aportada por Electro Misiones que realizó la instalación para la sala de informática de un aula satélite, Estancia Las Marias les dona yerba y la Fundación Noble el material didáctico que llega a las escuelas.





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