POSADAS. La inmensidad musical inmersa en la genuina figura del gran músico Pedro Aznar convirtió a la noche del domingo en uno de esos momentos únicos e irrepetibles. Su regreso a la ciudad lo transformó, nuevamente, en ese fenómeno virtuoso que emana melodías de sus manos, de su cuerpo. Acompañado únicamente de sus instrumentos musicales, captó la atención de un auditorio repleto, el Instituto Montoya fue testigo de esas dos horas de recital en las que el encuentro con el público fue el trampolín para navegar por hermosos recuerdos de grandes artistas.“Fugu”, del disco Quebrado, editado en 2008, fue la primera canción en un repertorio que tuvo el recuerdo a Luis Alberto Spinetta, The Beatles y la querida Mercedes Sosa. Punteos de guitarras acompañaron a la Cantata de Puentes Amarillos, detrás una pantalla gigante acompañaba con imágenes cada propuesta de Aznar, a metros el público que celebró cada propuesta del gran artista. Entre elogios y aplausos, cada minuto se convirtió en una enseñanza profunda del estrecho contacto que hay entre el compositor y su voz. De su disco “Ahora” sintetizó que fue un momento donde tenía mucho por decir y mucho por componer, “fue un período muy lindo… hablo de mi presente y del amor, no sólo del lado luminoso sino también del oscuro”. Así se desprendió “Rencor”, con ese mensaje tan sublime que dicta el final de la canción: “Y al final tu herida habrá sanado. Y volverás al amor… y volverás al amor”.Acompañado del bajo, presentó el primero de sus tres temas nuevos, “Perdón”. Allí sacó todo ese virtuosismo y dejó plasmada una gran canción, el público no pudo dejar aplaudir es que entre tema y tema el factor sorpresa jugaba un papel muy importante.En el segmento dedicado a The Beatles, recordando que Aznar se hace músico luego de recibir de regalo a los siete años su primer álbum “Revólver”, de la banda inglesa, volcó todo su estudio musical y presentó el pedal loop con el que logró mezclar su propia voz y jugar a combinar el sonido del teclado, el bajo y la guitarra. “Sólo un genio puede lograr todo eso”, se escuchó susurrar entre el público.Agradecido, recordó uno de sus encuentros con la correntina Teresa Parodi en el último Festival del Chamamé, “ella me pasó por mail la letra de una canción y a la mañana siguiente desperté con la melodía en mi cabeza… y a su vez me pidió que la cante…”. Con ese sencillo e inmenso relato presentó otro de sus temas nuevos: “Laura la del estero”, dando lugar a un segmento folklórico con zambitas que acariciaron el alma. Sobre el escenario coronaron retratos de Mercedes Sosa, paisajes de la inmensa geografía argentina y el recuerdo de esas entrañables canciones como “Zamba para olvidar”, “Barro tal vez” y “Si llega a ser tucumana” -donde, Pedro hasta jugó con cantar partes de la estrofa de la canción con el timbre de voz de la misma “Negra”-. Muchos regalos para engrandecer el corazón, “Quedándote o yéndote”, “Media Verónica”, fueron esos bises eternos, ese “regalo al público” como lo había dicho el mismo Pedro Aznar en una nota. Sensaciones multiplicadas y ese músico total que prometió regresar, formó parte de un show que fue distintos a sus anteriores presentaciones en Posadas y dejó plasmado un sello genuino en cada tramo del show. Las luces se apagaron y con ellas el deseo de volver a encontrarse con la música de todo los tiempos. Ya fuera del auditórium algunos seguidores que esperaron pudieron obtener una foto y autógrafos de recuerdo.





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