SANTA FE (NA). Un preso falleció y otra decena sufrió heridas, dos de ellos graves, luego de un enfrentamiento entre reclusos de la Alcaidía Mayor de la Unidad Regional 2 de la ciudad santafesina de Rosario. Los incidentes ocurrieron alrededor de las 11 del viernes en el pabellón 3, donde se encontraban alojados unos cuarenta internos que protagonizaron una reyerta entre dos grupos, uno de la ciudad de Villa Gobernador Gálvez y otro de Rosario.La situación se agravó con la quema de colchones y como consecuencia del enfrentamiento resultó muerto Miguel Ángel Zaboldi, de 35 años, mientras otros diez presos sufrieron heridas, dos de ellos de gravedad y que permanecían internados en terapia intensiva del Hospital de Emergencias Clemente Alvarez.Los más comprometidos fueron identificados como Guillermo Benavente, de 32 años y con el 95% del cuerpo quemado, y Darío Escobar, de 30, con el 90 por ciento de quemaduras en su cuerpo.En el hospital Provincial, en tanto, estaba internado Lucas Sandoval (22 años); en el hospital Centenario están Sergio Roldán (28), Elías Cáceres (23), Elías Balmaceda (24) y Nelson Díaz (23); mientras que en el hospital Roque Sanez Peña permanecía Walter Ascencio (27).Desde ocurrido el hecho las versiones sobre cómo se originó fueron disímiles: para la esposa y los hijos de Zaboldi fue un asesinato por encargo; mientras que para el defensor general de la provincia, Gabriel Ganón, fue un accidente. Cuando todavía restan numerosas pericias y recorrer un largo camino investigativo, fuentes de la Unidad Regional II citadas por el diario local La Capital se inclinaron por la primera hipótesis.“Los tipos que provocaron el hecho y causaron la muerte de este preso están identificados y no se encuentran entre los heridos”, explicaron.Zaboldi, conocido como “El Japo”, había sido detenido ocho días atrás junto a otras cinco personas en una chacra de la zona rural de Alvear en la cual se secuestraron 19 kilos de drogas y varias armas. En el lugar donde se produjo el enfrentamiento se incautaron 15 facas que habrían sido utilizadas en la revuelta.Las paredes del pabellón quedaron totalmente cubiertas de tizne y hollín por el incendio, que fue sofocado por dos dotaciones de Bomberos.Un centenar de familiares de los presos se presentó a las puertas de la Alcaidía para interiorizarse por el estado de salud de los internos y saber a qué lugares fueron trasladados los heridos.





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