SANTIAGO DE LINIERS. El cuestionado intendente de este municipio, Arnoldo Schoenfish (FpV), decidió no asistir a la sesión ordinaria del Concejo Deliberante el pasado viernes, que lo citó a las 19, para que brinde explicaciones sobre el viaje que realizó con el vehículo oficial a la zona balnearia del Estado de Santa Catarina, Brasil, en la última Semana Santa.Sin embargo, en medio de una fuerte lluvia, el oficialismo comunal envió al Concejo un colectivo con militantes que portaban pancartas y gritaban frente a los ediles y dirigentes opositores: “Se siente, se siente, Schefi intendente”.La sesión se inició dos horas después de lo previsto y se esperaba la presentación de un escrito de descargo del alcalde a través de los dos integrantes del bloque que le responden. Cruces verbales y empujones entre dirigentes políticos presentes en un reducido recinto, que generaron un momento de tensión, llevaron a los ediles a tomar varios recesos.Finalmente, optaron por hacer la sesión a puertas cerradas, en forma secreta. Y pidieron que la Policía impidiera el ingreso al lugar de las personas y los medios.Al término del encuentro, se conoció un acta del día 22 marzo donde los dos ediles oficialistas (mayoría) aprobaron el viaje. Desde la bancada renovadora, asesores de la edil Josefina Pinkala aseguraron que ese día no hubo sesión, porque “le avisaron telefónicamente que se suspendía por falta de quórum” y se anticipó la posible judicialización del acta.Se confirmó en la sesión que tres dirigentes (entre ellos el ex intendente Claudio Friedemberger) presentaron una denuncia penal contra el jefe comunal cuestionado, por el uso de la camioneta oficial para el viaje que Schoenfish hizo junto a su esposa e hijos.Cabe recordar que la camioneta oficial de Liniers fue fotografiada en Bombinhas donde el intendente habría pernoctado durante la Pascua. La explicación de Schoenfish apenas regresó -tras seis días feriados-, fue que recorrió Brasil buscando “repuestos para las máquinas municipales que no se consiguen en Misiones”. Pero no sólo volvió con las manos vacías, sino que anticipó un pedido de un nuevo viaje a la misma zona “para llevar los repuestos de muestra y conseguir nuevos”.





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