POSADAS. El único detenido por el crimen de Lucía Maidana (24) estableció ayer su coartada ante la Justicia: dijo que, al momento del crimen, caminaba hacia la casa de un amigo. Además, aseguró que jamás tuvo problemas con la estudiante y, en ese sentido, negó rotundamente que lo hayan echado del inquilinato de Estado de Israel 3495 donde la joven apareció asesinada brutalmente.La declaración del joven tuvo lugar ayer por la tarde en el edificio del fuero penal del Poder Judicial, sobre calle Santa Fe de Posadas. Allí, el magistrado Marcelo Cardozo -al frente del Juzgado de Instrucción 1 de Posadas- y el resto de las partes actuantes lo indagaron por más de tres horas, según pudo saber PRIMERA EDICIÓN.El detenido tiene 23 años y es estudiante de Antropología en la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la UNaM, la misma casa de estudios donde Lucía estaba a dos materias de obtener el título de Técnico en Comunicación Social. Estudiantes de esas dos carreras suelen cursar materias comunes juntos.Sin embargo, ese no era el único lugar en el que coincidían el sospechoso y la víctima. El joven, según las primeras versiones, mantenía una relación sentimental con una muchacha que hasta hace pocos meses atrás era vecina de Maidana, en el inquilinato del barrio de Villa Urquiza que luego se transformaría en la escena del crimen.En ese sentido, habría sido la hermana de Lucía quien le contó a los investigadores que hace unos tres meses el joven había mantenido un altercado con ellas en ese lugar. Al parecer, era violento y maltrataba a su novia, por lo que las hermanas Maidana salieron a defenderla y se produjo una discusión que habría acabado con amenazas del detenido hacia las jóvenes.Después, lo que ya se contó: ante la situación -que, se investiga, habría terminado en una exposición policial- los propietarios del inquilinato decidieron prohibirle el ingreso al joven, que habría descargado su bronca incendiando un árbol de la vereda.Consultado al respecto por el juez Cardozo, el detenido negó rotundamente haber tenido algún tipo de problema con Lucía y su hermana, así como aseguró que jamás las amenazó y, mucho menos, que maltrató a la que en ese momento era su novia. “Eso no es cierto, yo no tengo nada que ver”, habrían sido las palabras del apresado.En esa misma línea, el estudiante también negó que lo hayan echado del inquilinato y que haya intentado incendiar un árbol.Por otra parte, al intentar establecer su paradero al momento del crimen, perpetrado entre las 21 y las 21.45 del sábado 6 de abril, el muchacho dijo que a esa hora caminaba por la Bajada Vieja hacia la casa de un amigo.Los investigadores trabajan ahora para confirmar la coartada del estudiante, a la vez que aguardan los resultados de los elementos incautados el jueves por la noche en el departamento donde actualmente vive el detenido, sobre calle San Lorenzo casi Bolívar, en pleno microcentro posadeño.En ese lugar, los detectives secuestraron un pantalón y una remera con manchas que podrían ser de sangre, junto a un par de ojotas con supuestos restos de hollín. A la espera de esas pericias, consideradas determinantes para la investigación, el juez Cardozo calificó la causa como “homicidio calificado por el ensañamiento y la alevosía”. Justamente, esa es la imputación que pesa por estas horas sobre el estudiante de Antropología, quien sigue detenido y cuyo futuro seguramente dependerá de lo que la ciencia revele en las próximas horas.





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