POSADAS. Las empresas del transporte urbano de pasajeros presentaron al intendente Orlando Franco; al subsecretario de Transportes de la provincia, Hermes Almirón; concejales; y presidentes de comisiones vecinales, el Sistema Único de Boleto Electrónico (SUBE Misionero). Al efecto estuvieron Carlos Andriani y Enrique Esmendi, de la empresa elegida para montar el sistema electrónico en Posadas, Garupá y Candelaria, con software brasileño.Tras más de una hora de exposiciones, preguntas y respuestas, no quedó la fecha precisa de implementación del sistema. El grupo Z dice necesitar noventa días para poner en marcha las primeras cuarenta unidades (12% de las 365 que declara tener en funcionamiento actual). Y la Provincia y municipio se reunirán la semana que viene para definir los pasos a seguir. Pero existe un dato no menor: las máquinas se deben importar, por lo cual es difícil de predecir una fecha inicial. Mientras tanto, el boletazo doble de 2013 está vigente y el vocero del Grupo Z, Marcelo Zbikoski, no descartó pedir nuevas subas “por mayores costos” tras una catarata de quejas porque el Estado no se hizo cargo de comprar el equipamiento.Al menos en público, no se dio un cronograma con fechas hasta terminar con el 100% de las unidades. Consultado por PRIMERA EDICIÓN sobre qué garantías había de que por cada tramo de colocación de máquinas se pida una suba del boleto, el titular del Grupo Z aseguró que “una cosa no lleva a la otra”, cuando ya había admitido los “mayores costos que se deben cubrir” con subsidios o boletazos.Se estiman expedir unas 200 mil tarjetas personalizadas, que cada usuario deberá gestionar. La primera SUBE será gratis, pero las siguientes tendrán costo. Y las recargas de crédito para viajar podrían tener un costo de funcionamiento: “Alguien lo va a pagar, alguien decidirá quién lo va a pagar”, dijo Zbikoski, dejando en claro que las concesionarias que reciben millonarios subsidios no están dispuestos a hacerlo a futuro.Aprovechó para dejar en claro dos cosas: no habrá promociones ni descuentos por recargas anticipadas (lo que sería igual a la compra de boletos en cantidad). Y, de comprobarse a futuro un ahorro en costos por la sistematización del sistema, no habrá rebajas en precios de los boletos: “No conozco de algún lugar donde hayan bajado costos”, dijo sin sonrojarse.Según las empresas, cada máquina costará 7.800 dólares más impuestos, estarán conectadas a un Centro de Control a cargo de la comisión del Sistema Integrado, donde se podrán seguir los movimientos de las unidades, recorridos y cantidad de boletos tickeados, entre otros datos. Pero, no habrá controlador fiscal de AFIP, se explicó.Según las primeras estimaciones, todos las categorías de usuarios (incluidos jubilados, discapacitados, escolares, universitarios, etc) deberán tener tarjeta para viajar.El chofer tendrá una consola donde marcará el tramo a recorrer por el pasajero y la categoría. De esa operación, el usuario pasará la tarjeta y se le descontará el valor del pasaje. Habrá inspectores con un control electrónico (similar a un aparato de teléfono) para “leer” cada tarjeta y saber el valor adquirido, ya que no se expenderán boletos en papel.Inicialmente, se habló de ubicar solo 10 puntos de recarga de crédito para 200 mil personas. Algo que probablemente no alcance.Un edil preguntó si la tarjeta tendrá tope de carga. Zbikoski respondió “una cifra de seis ceros” ante lo cual muchos presentes rieron, sorprendidos tal vez por imaginar que alguien pueda cargar tanto dinero. El edil, rápido de reflejos, aseguró que “de seguir aumentando el boleto, no será sorprendente esa cifra”. El silencio se volvió a adueñar del auditorio mientras la cara del vocero del grupo Z acusaba el impacto.





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