POSADAS. El fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN), que declaró nula la segunda sentencia por el crimen del ex delegado del Pami, Carlos Iriarte, marcó a fuego los lineamientos del alto cuerpo y el respeto irrestricto a garantías como la del “juez imparcial” o lo que en Estados Unidos se conoce como “doctrina del doble riesgo” (nadie puede ser condenado dos veces por un mismo delito).En otras palabras, los tribunales inferiores podrán coincidir, o no, con determinados criterios pero no apartarse de los lineamientos generales de la CSJN.De acuerdo con los sondeos realizados por este diario, el caso Iriarte es sólo el anticipo de otros reveses de la Justicia misionera, por no decir del Superior Tribunal de Justicia (STJ), en jurisdicción de la máxima instancia judicial del país.Hay al menos dos causas más en carpeta. Una de ellas es la de Violeta del Carmen Artymyszyn, condenada a prisión perpetua por el homicidio del su esposo Nicolás Esteban Hrenessen, el 29 de diciembre de 2002.La mujer fue excarcelada en marzo de 2011, después de que la Corte Suprema ordenara la revisión del fallo que la condenó a prisión perpetua.El STJ confirmó esa sentencia y el defensor de Artymyszyn recurrió nuevamente a la CSJN.Hay unas causas que están en camino y otras de regreso. Lo cierto es que, más allá de la disparidad de criterio, lo cierto es que la Corte fijó lineamientos que deberán ser tenidos en materia de proceso.No hacerlo significa un desgaste económico-jurisdiccional innecesario, coinciden los entendidos en la materia.Según pudo averiguar este diario, ahora habrá que conformar un nuevo tribunal para que “dicte nuevo pronunciamiento con arreglo al presente” fallo de la CSJN.La noticia cayó mal en distintos estamentos del Poder Judicial de la provincia, aunque probablemente no sea la última vez.





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