ELDORADO. Los cuatro policías y el ex convicto arrestados por la desaparición de una tonelada de marihuana, de la seccional Primera de Puerto Rico, fueron trasladados a Buenos Aires, donde la Justicia Federal intenta determinar si un procedimiento antidrogas efectuado en Ruiz de Montoya fue “montado” por un agente de inteligencia de Prefectura Naval Argentina.Ese operativo se produjo en marzo del año pasado y arrojó el secuestro de 4.200 kilos de marihuana. En el mismo intervino personal policial de la Unidad Regional IV.Lo curioso del caso fue que, desde un principio, se barajó la teoría de que el cargamento habría sido “comprado” por agentes de inteligencia de PNA para engrosar las estadísticas de secuestros de marihuana en la provincia.La teoría no es descabellada, más aún si se recuerda la partida multimillonaria que la Nación asigna de su presupuesto a la lucha contra el narcotráfico.Al parecer, siempre en el terreno de las hipótesis que maneja la Justicia, la carga de 4.200 kilos de marihuana fue birlada por la Policía de Misiones.A partir de ese momento habría nacido la inquina entre algunos hombres de PNA y de la Policía de Misiones, sobre todo en los que se movían en asuntos non sanctos.Desde ese preciso instante se habría comenzado a planificar la estrategia para dejar al descubierto también a los policías que habían atravesado el límite entre lo legal y lo ilegal.Por eso, desde las bases de Inteligencia de la Policía de Misiones se habló, desde un principio, de una trampa montada a uno de sus hombres para que cayera en Puerto Leoni con 123 kilos de marihuana.Lo concreto es que a él se sumaron tres suboficiales. En ese contexto, para la Justicia Federal de Eldorado se trató de algo mucho más grave que un simple ardid supuestamente montado por el agente de Inteligencia de PNA que perdió aquella carga en Ruiz de Montoya.Justamente, los mil kilos de marihuana que sustrajeron de la comisaría Primera eran parte de aquel cargamento de 4.200 kilos decomisados en Ruiz de Montoya.Después del escándalo de la detención de los cuatro uniformados, le tocó el turno al agente de Inteligencia de Prefectura Naval Argentina. El grupo Halcón, una tropa de elite de la Policía bonaerense, lo arrestó en Puerto Rico.Llegó con un exhorto del mismo Juzgado que tomará declaración a los policías misioneros.El agente encubierto fue vinculado con un cargamento de tres toneladas de marihuana decomisado presumiblemente en Zárate, provincia de Buenos Aires.Cualquier similitud con un filme de Hollywood, es mera coincidencia, consignó la fuente consultada por este diario. El mundo de las drogas y una muerte vinculantePUERTO MADO. El horrendo homicidio del remisero Miguel Ángel Rojas (23) dejó al descubierto, quizás como ningún otro caso, las vinculaciones entre la mafia y el mundo del narcotráfico. Ambos tienen un común denominador: una traición, una deslealtad, por mínima que fuere, se paga con la vida.Rojas desapareció al volante de un Peugeot 405 bordó, la tarde del 24 de diciembre. Lamentablemente, su cuerpo fue hallado siete días después, atado a un pino.Con posterioridad, el pasado día 4, fue detenido “El Francés”, uno de los capo narcos más buscados del país.El procedimiento se llevó a cabo en Eldorado. Tras su captura, trascendió que en la causa habría escuchas telefónicas con indicios fuertes de su presunta vinculación con el crimen del remisero de 23 años.El sospechoso narco fue identificado como Slawimir Polus, dueño de una mansión de catorce hectáreas en medio de la selva en Puerto Mado. Desde entonces tomó fuerza la teoría de que el crimen de Rojas fue por un ajuste de cuentas vinculado al mundo del narcotráfico, indicaron las fuentes. Un antecedente anterior de la Policía Federal El Juzgado Federal de esta ciudad procesó el año pasado a cuatro policías federales por supuesta instigación al delito y abuso de autoridad después de comprobarse, prima facie, que armaron un procedimiento antidrogas para encarcelar a un ciudadano de nacionalidad paraguaya al que ellos mismos habrían contactado para pasar treinta kilos de marihuana.El operativo se llevó a cabo, según consta en el expediente, el 25 de febrero de 2012, en inmediaciones de la Escuela 725 de la localidad de Montecarlo.De acuerdo con la reconstrucción del hecho, los uniformados se habrían contactado con el “narco” haciéndose pasar por compradores ocasionales.El objetivo era que pasara la droga para “chuparlo” y detenerlo en Argentina, haciendo creer que se trataba de una operación legal, producto de una larga y paciente investigación.Para darle un contexto de legalidad al operativo, antes de realizarlo, habrían informado al Juzgado Federal que tenían información reservada sobre la posible entrada de droga al país.Desde la Justicia respondieron que procedieran pero que, ante cualquier eventualidad, dieran aviso.Esto jamás ocurrió. Y las causas se conocerían posteriormente.Elaboraron el informe sumarial y el acusado llegó a estrados con todo armado.Y nada se sabría si no fuera por el famoso celular, que aparato desapareció, pero no el chip. Ese error terminó sellando el destino de los uniformados.





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