OBERÁ. Cuando el comerciante arribó a su domicilio, los dos asaltantes acechaban a pocos metros, pero, él no lo sabía. Ni bien detuvo la marcha del coche, se le fueron encima como hienas. Lo encañonaron y a punta de pistola lo introdujeron en el interior de la propiedad, donde se alzaron con un botín de 12 mil pesos y desaparecieron sin dejar rastros.Contaron con una ventaja a favor, que sin dudas tuvieron muy en cuenta para organizar el asalto: al momento del hecho una pertinaz llovizna se precipitaba sobre esa zona de la ciudad y no había nadie en la calle. Al menos ningún testigo que pudiera alertar a la Policía.El episodio delictivo se produjo el domingo, alrededor de las 23.30, en una vivienda situada en la calle Concordia al 900, a unos cincuenta metros de las instalaciones del club Independiente, en la ciudad de Oberá.El damnificado fue un comerciante de 23 años, al que los delincuentes intimidaron con armas de fuego.La víctima aportó pocos datos respecto a las características físicas de los pistoleros, sencillamente porque cubrieron sus rostros con pasamontañas.Fuentes de la investigación indicaron que los criminales se ocultaron en los alrededores del domicilio aprovechando el mal tiempo y la casi nula iluminación en la zona.El muchacho fue intimidado a punta de arma de fuego y obligado a ingresar a la propiedad.Una vez adentro, acuciado por un arma que apuntaba hacia él, ensayó una maniobra que no funcionó: intentó entregar algo más de 200 pesos a los maleantes pero uno de ellos le aclaró que sabían de la existencia de mucho dinero en la casa y que la iba a pasar mal si no lo entregaba.En esas circunstancias, el joven comerciante no tuvo alternativa más que entregar los 12 mil pesos que tenía en una caja de seguridad.Con esa suma, el binomio delictivo se dio a la fuga y desapareció sin dejar rastros.La víctima salió tras ellos pero no vio absolutamente nada, ni siquiera si escaparon en coche.Por la rapidez con que se dieron a la fuga, los detectives no descartan que los ladrones fueran de la zona, aunque constituye sólo una línea de investigación.Igualmente consideran muy probable la presunta intervención de un tercer cómplice.Más allá de las pérdidas materiales, el propietario no resultó con lesiones.Al menos hasta anoche, al cierre de esta edición, no había novedades ni sospechosos detenidos.En la causa trabaja la Brigada de Investigaciones, dependiente de la Unidad Regional II, con asiento en Oberá, con conocimiento e intervención del Juzgado de Instrucción 2 de esa ciudad, a cargo del magistrado Horacio Heriberto Alarcón, concluyó el portavoz de la fuerza de seguridad provincial. “Queremos la plata”“Queremos la plata”, habría sido la advertencia que lanzó el delincuente que apuntaba con el arma de fuego al comerciante, después de que este intentara entregarle poco más de 200 pesos que llevaba en el bolsillo.La frase dejó al descubierto una teoría más que probable: los ladrones sabían de la existencia de mucho dinero dentro del inmueble.Por eso aprovecharon la lluvia y la poca gente en la calle para aguardar y emboscar a la víctima.El dinero, al parecer, era producto de ahorros y, en parte, de la recaudación de uno de los negocios que posee el damnificado, aparentemente en sociedad con su padre.





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