BUENOS AIRES (Medios digitales). El viernes 8 de febrero, a las 3.20, Leonardo Andrada recibió cuatro disparos en una parada de colectivos de Ituzaingó, muy cerca de su casa. Lo mataron por la espalda y todavía no se sabe bien por qué, si fue un mensaje mafioso por su testimonio en la causa por la tragedia de Once o un simple robo que terminó convirtiéndose en una ejecución.La mamá de Andrada habló en las últimas horas con el portal digital Online-911 y recordó que su hijo “era un hombre bueno y trabajador”. La mujer dijo que quiere “justicia” y que no sabe lo pasó con su hijo. “No sabemos nada y no sé si alguna vez lo sabremos. Ruego que no pase con mi hijo lo mismo que ocurrió con Julio López o Marita Verón. Ahora somos uno más”, aseguró. La mamá de Andrada negó que el motorman estuviera amenazado. “No sé si hubo amenazas. Si las tuvo, no nos hubiera dicho para no preocuparnos. Eso se lo llevó con él”, presumió. En medio de la sospechas y los misterios que rodean al caso, la familia confía en la Justicia, pero tiene miedo por todo lo que se dice con respecto al hecho. Por eso, un móvil policial permanece apostado las 24 horas en la puerta de la casa. A una semana del violento crimen es poco lo que se sabe. La principal dificultad que presenta el caso es la falta de testigos. Según fuentes policiales consultadas por el portal virtual, nadie escuchó los disparos ni siguió de cerca la huida de los autores. Lo poco que se filtró es que lo balearon con un revólver 22, un calibre demasiado chico como para pensar que detrás del ataque podría estar un sicario. Para colmo, las cámaras de seguridad que están en la zona no estaban activadas al momento del crimen. Por ejemplo, las que tiene el supermercado chino que está frente a la parada de colectivos donde Andrada fue asesinado no estaba en funcionamiento, lo que lamentablemente torna dificultosa la investigación que realiza por estas horas la Policía. Un testimonio muy importanteEl 22 de febrero de 2012, Andrada condujo hasta Castelar la formación ferroviaria que terminaría estrellándose en la estación de Once y provocando la muerte de 51 personas. Allí le pasó la posta al conductor Marcos Córdoba, quien terminó imputado en la causa.Una semana después, Andrada se presentó ante el juez Claudio Bonadío. Declaró que por una demora de veinte minutos en la estación Moreno, Córdoba había recibido la formación con “un tercio de sobrecarga”. Esto implicaba que los frenos debían ser accionados con mayor antelación.El 8 de febrero pasado fue hallado sin vida en una parada de colectivos del partido bonaerense de Ituzaingó. Lo ultimaron de tres tiros por la espalada. Aparentemente se había resistido a un intento de robo. Le habían quitado el celular y una mochila, pero en su bolsillo tenía 1.200 pesos que permanecieron intactos, algo que llamó la atención de los investigadores.Ante esta situación y el testimonio clave que Andrada tenía en el caso de la tragedia de Once es que los detectives no descartan absolutamente nada. En cambio, sus familiares tienen las peores sospechas y piden junto a sus compañeros que se investigue.





Discussion about this post