POSADAS. Tras el cumplimiento de los trabajos preliminares tendientes a iniciar el mapeo de la ribera del Paraná, que permitirá trazar las zonas navegables y no navegables del río, esta semana comenzarán los trabajos de campo.“Si las condiciones del tiempo nos ayudan, en el transcurso de esta semana vamos a empezar a trabajar en el río”, confió a PRIMERA EDICIÓN el agrimensor al frente del proyecto, César Camblong. Este mapeo, tal como lo adelantó oportunamente este diario, tendrá lugar desde el puerto nuevo de la ciudad capitalina, en la zona de Nemesio Parma, hasta el puente Posadas-Encarnación.De acuerdo a cómo se comporten las condiciones meteorológicas en adelante, el trabajo podría estar listo en unos tres meses, ya que “las condiciones meteorológicas deben ser apropiadas. No se puede trabajar en días de mucho viento o lluvia”, explicó Camblong y agregó “el área que estará sometido al mapeo será desde el “pelo de la costa hasta unos 250 metros hacia el canal”.La iniciativa de contar con un mapeo exhaustivo de la costa del Paraná surge tras los distintos trabajos y estudios basimétricos similares en algunos lugares de la ribera de Corrientes, por ejemplo, como el caso del puente Corrientes-Chaco y también en todos los puentes situados en la ruta del corredor vial 6, que bordea el Paraná. Los objetivos más puntuales responden a generar una cartografía de la zona costera, en este caso de Posadas, “ya que debemos tener en cuenta que allí debieron haber sido removidos árboles, e inclusive se sabe de construcciones que fueron tapadas por el agua cuando se elevó la cota de Yacyretá. La idea es definir las zonas más peligrosas, no navegables y navegables del río, sobre todo ahora que la navegación deportiva está cobrando auge en la Capital provincial”, se explayó el agrimensor.Según Camblong, “si bien el espejo de agua con el cual contamos favorece la navegación, debemos saber qué hay debajo de ellas. Hay zonas de navegación donde se ven árboles a flor de agua, que no fueron removidos. Después también está el caso de los arroyos, que también estarán dentro del relevamiento, con el fin de generar una cartografía y definir el grado de navegabilidad de cada uno. En otras tareas, los sectores más peligrosos serán marcados con boyas, o bien, si se puede retirar el material sumergido se lo va a hacer”, deslizó.Con los resultados que se obtengan, será posible (entre otras cosas) contar con un panorama de cuál es la situación real del río, “podrá servir, para definir con criterio los sectores aptos para futuras obras inmobiliarias. Estamos haciendo la primera parte, que tiene que ver con la recopilación de antecedentes, como con la demarcación de algunos lugares donde se encuentran árboles que no fueron removidos antes de que subiera la cota y cuyas copas son visibles en la superficie del agua. Y esta semana ya iríamos a campo”, insistió el agrimensor Camblong.





Discussion about this post