BUENOS AIRES (NA). Las cinco docentes imputadas por el escándalo ocurrido en el jardín Tribilín, de la localidad de San Isidro, donde una grabación dejó al descubierto el maltrato que sufrían niños de 45 días a tres años de edad, fueron eximidas de prisión, a pesar del pedido de detención presentado por la Fiscalía.La decisión fue adoptada ayer por el juez de Garantías de San Isidro, Rafael Sal Lari, quien desestimó la solicitud del fiscal de la causa, Franco Servidio. El jueves último, el fiscal Servidio había solicitado la encarcelación de al menos dos de las maestras, Yanina Gogonza y Noelia Gallardo. Ayer, Sal Lari le otorgó la eximición de prisión a todas las imputadas que tiene la causa: las docentes Yanina Gogonza, Noelia Gallardo, la madre de Gogonza, Graciela Di Pascuale; y las dos dueñas del establecimiento, Noemí Núñez y Mariana Buchniv.Las maestras están imputadas por el delito de abandono de persona agravado, que tiene una pena de dos a seis años de prisión, mientras que si se comprueba un grave daño en el cuerpo o la salud de las víctimas, la pena será de entre tres y diez años de prisión. El caso se conoció a principios de este mes en el jardín de infantes “Tribilín”, en la zona norte del Gran Buenos Aires, cuando el padre de una de las nenas que asistía la jardín, al ver ciertos cambios en el comportamiento de su hija, introdujo un iPad en la mochila de la menor para grabar qué era lo que sucedía. Luego se supo que en las cuatro horas y media que dura la grabación, se escuchan gritos de las maestras, llantos de los niños y hasta ruidos que aparentan ser golpes. Unos 16 padres mencionaron “síntomas” que veían en sus hijos y que ahora los relacionan con la serie de maltratos que sufrían en dicho lugar. “Vas a terminar mal”El resultado fue un audio de cuatro horas donde quedó registrado el horror que vivían los niños en el jardín maternal. “Callate Catalina, callate, guay que vayas a decir cualquier huevada a tu casa” y “¡No me hagas enojar porque vas a terminar mal, abrí la boca!”, fueron sólo algunos de los gritos que quedaron registrados en el grabador del iPod de Hernayes. Luego de la denuncia se conoció el caso.





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