POSADAS. Poco por ganar y mucho por perder. La situación de Isidro Rolando Aguirre no era la mejor de cara al debate oral y público que se le venía encima este año. Por eso, el mecánico de 31 años decidió firmar un juicio abreviado y aceptar una pena de nueve años de prisión por la muerte de Tiziano, el bebé que encontró la muerte bajo las ruedas del automóvil que conducía, en la denominada “Tragedia de la avenida Costanera”.Aguirre estaba acusado de los delitos de “homicidio simple y homicidio simple en grado de tentativa”, por la muerte de Tiziano Nahuel Castillo, de 39 días, y las graves lesiones que sufrió su mamá, Carolina Ifrán, en la noche del domingo 17 de octubre de 2010 cerca del Anfiteatro posadeño.Acorralado por el testimonio de al menos nueve testigos directos y, entre otras cosas, por la reconstrucción del hecho, Aguirre aceptó la propuesta de la Fiscalía de Instrucción 1 de Posadas, a cargo de la doctora Amalia Spinnato, y firmó los nueve años de prisión de cumplimiento efectivo, tal como ratificó luego el Tribunal Penal 1 de la capital provincial.En la sentencia, los magistrados de dicha cámara coincidieron en que el de Aguirre fue un “accionar deliberado” que produjo el deceso del pequeño Tiziano y las lesiones sufridas por su madre.Además, las autoridades entendieron que el ahora condenado “no presenta particularidades patológicas, conservando su capacidad para comprender y/o dirigir sus actos”, en relación con que era consciente acerca de lo que sucedió aquel día.En tanto, del fallo se desprende que la Justicia consideró el hecho de que Aguirre “no tiene antecedentes y goza de buen concepto, tanto de sus vecinos como de sus compañeros de trabajo” a la hora de establecer la condena.Por ahora, el mecánico permanece alojado en la Unidad Penal VI del Servicio Penitenciario Provincial, el Instituto de Encausados y Procesados, aunque con la condena firme podría ser trasladado a otra prisión misionera.El hecho por el que Aguirre fue encontrado culpable sucedió alrededor de las 22.40 del 17 de octubre de 2010 sobre la avenida costanera de Posadas, unos 100 metros al oeste del Anfiteatro y por la mano que va hacia la avenida Roca.Por ese lugar circulaba el Fiat Uno de la familia Castillo, al mando de Leonardo y acompañado de Carolina, los padres de Tiziano, que viajaba con ellos, cuando en determinado momento fueron chocados en la puerta del acompañante por el Ford Falcón de Aguirre.Luego del incidente el mecánico intentó darse a la fuga, pero fue perseguido por Castillo, que lo alcanzó a los pocos metros. Mientras, centenares de posadeños que disfrutaban de la costanera contemplaban la secuencia, sin saber que en minutos iban a transformarse en testigos de un homicidio.Castillo y Aguirre se bajaron de los automóviles e iniciaron una discusión. El padre de Tiziano amenazó con llamar a la Policía, por lo que el mecánico volvió a subirse al Falcon con intenciones de escapar.Para evitar la fuga y mientras su marido se subía al Fiat para cerrarle el camino al Ford, Carolina se bajó del Uno con Tiziano en brazos y se paró frente al automóvil del mecánico. Fue entonces que Aguirre aceleró y embistió a madre e hijo: los arrastró por 20 metros y luego los atropelló para, ahora sí, escapar (fue detenido horas después en Ñu Porá). El bebé murió en el acto, mientras que la mujer sufrió fractura de cadera y mano izquierda, entre otras lesiones.En la reconstrucción, en octubre de 2011, el juez Marcelo Cardozo terminó de convencerse de que el mecánico tuvo la intención de acabar con la vida de la mujer y de su primogénito, por lo que recaratuló la causa y la elevó a juicio. Un juicio que, finalmente, terminó con un acuerdo entre la fiscalía y Aguirre.





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