CAPIOVÍ. Cerca de un millar de personas compartió la tercera edición del Festival del Río, que terminó ayer, tras dos intensas jornadas en el Salto Capioví. Este espacio resultó el escenario ideal para un encuentro que por primera vez – inaugurando una nueva modalidad- se hizo fuera de Puerto Rico y que mixturó una extensa gama de actividades artísticas, culturales y educativas. El lugar, generoso en sus dimensiones y características naturales, se vio invadido por carpas que fueron ocupando los distintos sectores de sombra.Todo comenzó el domingo por la tarde, con la irrupción de visitantes oriundos de toda la provincia y grupos llegados desde Rosario, Buenos Aires, Córdoba y otros puntos del país. Y ayer, tras una mañana pasada por agua, las actividades se retomaron por la tarde. “El balance es sumamente positivo, este año apostamos a este paraíso que es el Salto Capioví y por suerte todo salió excelente, reinó la buena onda, la gente la pasó muy bien y esto tiene que ver con el esfuerzo de todos, talleristas, artistas, colaboradores, la gente. En la tarde del domingo, mientras seguían llegando festivaleros Capioví fue una sumatoria de voluntades”, expresó a PRIMERA EDICIÓN Matías Morawicki, integrante de uno de los colectivos de organizadores, la Asociación Civil Nativos (Puerto Rico). Los otros organizadores fueron Red del Monte y la emisora radial R1. Los puestos de feria, la cascada de siete metros fue el punto convocante. La temperatura elevada colaboró para que todos quisieran disfrutar de las aguas. De todos modos, la primera actividad del denominado Espacio Charlas contó con amplia concurrencia. Hablamos de la disertación de Silvio Rauber (Capioví), quien explicó los beneficios y posibilidades de los llamados biodigestores. En el escenario de las energías alternativas, explicó Rauber que se encuentra desestimada la opción de generar energía a partir de biogas, que se obtiene de los residuos fisiológicos y excrementos de animales como conejos, cerdos, vacas e inclusive con heces humanas. El disertante indicó que hace veinte años existían sólo tres biodigestores en la provincia, mientras que hoy suman apenas 22.En ese mismo espacio se dio posteriormente la charla de la Asociación Nativos y Red del Monte, acerca de la planificación de áreas naturales protegidas como propuesta para el plan de ordenación de la cuenca del arroyo León, de Puerto Rico. Por ese mismo horario, otro referente de Puerto Rico, el rapero Elías Acuña, premiado recientemente en un certamen televisivo nacional, ofreció un potente show de cuatro temas que precedió a la presentación de otros cultores del rap, en este caso El Hoy y Nazh, nombres artísticos de Andrés Alvez y Julio Rodríguez, de Puerto Azara y San José. El dúo entregó tres canciones, entre ellas la celebrada “No a las mega represas”, composición de fuerte contenidos social. “Fue la presentación más importante que tuvimos y la verdad es que emocionante, muy fuerte tocar por primera vez para tanto público, y recibir tanto cariño”, indicó Andrés Alvez.Por el escenario Bandas pasaron además los poderosos shows de Triogénico (Oberá), Imaginarios (Rosario), Muktamana (Posadas) y un cierre con mucho agite, pero lluvia sobre el final, de Tubichá. Paralelamente, una decena de djs alternó en el escenario especial para la música electrónica, zona que también contó con masiva concurrencia.También hubo tiempo en la primera jornada para la reunión de la Mesa Provincial No a las Represas, y una charla-taller sobre Medios de Comunicación y Ambiente, a cargo del colectivo Revista Superficie. La afluencia de visitantes propició un movimiento fluido que se sintió en las ventas de los comercios aledaños (el salto está a escasa distancia), motorizando incluso las plazas hoteleras y algunas habitaciones o patios disponibles. Un total de 25 efectivos policiales estuvo a cargo de la seguridad y al cierre de esta edición informaron que todo se desarrolló sin ningún tipo de incidente, en paz y armonía, acorde a algunas de las consignas de un festival que culmina afianzándose como una alternativa creciente y convocante, donde la fiesta convive con la conciencia ambiental.





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