El hallazgo de pequeñas gotas de sangre en la puerta del conductor del vehículo que conducía Rojas (23) confirmaría la hipótesis que los investigadores sostienen desde un principio, que indican que al trabajador del volante sus homicidas ya lo tenían reducido en plena ruta nacional 12, antes de llegar a Mado.Así lo revelaron ayer fuentes de confianza a PRIMERA EDICIÓN, quienes aseguraron que ahora aguardan por los exámenes genéticos que se realizarán sobre esa evidencia para establecer sí, como creen, esa sangre corresponde a la víctima.De ser así, podría quedar confirmada una buena parte de las sospechas que por ahora mantienen los detectives de la Policía de Misiones y de la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas del Poder Judicial, quienes continúan trabajando en el caso.En primer término, esas gotas de sangre indicarían lo que se dijo desde un principio en el entorno de las pesquisas: Rojas llegó a Mado reducido por quienes después le quitaron la vida.En ese sentido -como se publicó ayer- la evidencia también sería clave para determinar que las torturas comenzaron dentro del automóvil y en pleno viaje por la ruta nacional 12, quizás para reducirlo.Al respecto, una fuente especializada en hematología forense -que, entre otras cosas, estudia las manchas de sangre en la escena del crimen- le contó a este medio que por los patrones de salpicado, las mismas podrían haber quedado impresas producto de un golpe de puño que le pudo haber provocado un corte al remisero.Así las cosas, las autoridades deberán aguardar ahora por el resultados de los exámenes genéticos a los que serán sometidos los restos biológicos hallados en el Peugeot, más allá de que el sexto sentido de los delincuentes no dude a la hora de sospechar que la sangre es efectivamente de la víctima.Esos análisis podrían estar listos recién luego de varias semanas de espera.





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