CAPIOVÍ. Al menos tres delincuentes realizaron un boquete en el techo del supermercado “Carlitos” de esta localidad, ingresaron en las oficinas del negocio y robaron unos 25 mil pesos.El episodio delictivo se produjo el martes, probablemente entre las 3 y las 4, pero la Policía no brindó información al respecto. Lo hizo ayer, a la mañana, a instancias y requerimiento de este diario.Obviamente, no hay detenidos en averiguación del hecho. Quizás, esa haya sido la razón de tanto hermetismo. O, tal vez, el papelón realizado por una patrulla que pasó frente al local cuando sonaba la alarma y se retiró sin confirmar que todo estuviera en orden (ver Insólito).Capioví depende jurisdiccionalmente de la Unidad Regional IV, con asiento en Puerto Rico, que en el último semestre se caracterizó más por los escándalos que por su efectividad en la lucha contra el delito.De no ser por los medios, probablemente jamás se hubiera sabido de la sustracción de mil kilos de marihuana de la comisaría seccional Primera. Más curioso aún fue que la Policía tomara conocimiento del hecho el martes, alrededor de las 7.30, cuando el propietario del supermercado, identificado como Carlos Flach, hermano del intendente de esa comuna, denunció el episodio.Se presume que, como mínimo, tres delincuentes intervinieron en el robo. El negocio es lindante al club Esperanza de Capioví. Todo indica que primero treparon a una losa de esta institución y desde allí, al techo del supermercado.Una vez allí, hicieron dos agujeros en el techo, con alicates de gran tamaño en virtud de la dureza de las chapas de zinc. El primero resultó fallido, porque dieron con el cielorraso de durlock. Pero el segundo dejó abierto el acceso directo a las oficinas del negocio.Allí encontraron un maletín con 25 mil pesos en efectivo. En el interior del inmueble había otros elementos de valor, pero no pareció llamar la atención de los criminales.Tomaron el portafolios y se dieron a la fuga por el mismo agujero por el que entraron.Al parecer, en plena huida, uno de ellos se produjo una herida cortante de gravedad con el filo de una de las chapas que cortaron para entrar al comercio.Los peritos habrían encontrado rastros de abundante sangre en los alrededores. Fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN indicaron que las manchas se extendían a lo largo de unos cien metros.En el escenario del hecho, cuando reaccionaron, los uniformados encontraron elementos que habrían sido utilizados en la concreción del robo. Entre ellos una soga marrón, con la que habrían descendido desde el techo al piso de las oficinas, una pinza cortametal y otra cortavidrios.Al parecer, los dueños, que tienen la casa y el supermercado en el mismo predio, no escucharon la alarma porque regresaron pocas horas antes de un cumpleaños.Se labran actuaciones con intervención del Juzgado de Instrucción 1 de Puerto Rico, a cargo del magistrado Éctor Acosta.





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