POSADAS. “Mano y diseño. Experiencias como esta, de Tendy Luminarias, son la prueba de que las previsiones del colapso ambiental tienen la creatividad como único camino para el futuro: la capacidad del sujeto de articular lo bello, lo justo y lo prudente”. Con esta definición, Karine Queiroz, la diseñadora industrial de la Universidad de Coimbra-Portugal, destacó la obra de Roberto, un joven artesano local, impulsor del proyecto “Tendy”, que quiere decir “luz” en el idioma guaraní, un emprendimiento que vincula la artesanía con el diseño de autor y que obtuvo una mención especial por diseño y reutilización de materiales en la reciente Feria de Artesanías del Mercosur. A grandes rasgos, el proyecto es una producción de diseño local inspirada en la flora, fauna e identidad cultural de Misiones. En una larga charla, su impulsor contó algunos rasgos interesantes de su obra. Trabaja con materiales reutilizados, ¿eso puede ser considerado como artesanía?Por lo pronto es un material muy “moderno” dentro del “mundo” de las artesanías. Empecé a trabajar con materiales reutilizables hace cuatro años. Se trata de residuos sólidos urbanos, por ejemplo, el PET, que es el material con el cual se hacen la botellas de coca-cola y de otras gaseosas. También trabajo con retazos del material que se usa para fabricar pisos de alto tránsito…¿Cómo comienza esta historia tan hermanada con el cuidado del planeta?Tiene su origen en el proyecto Iconográfia de la Facultad de Arte de la Universidad Nacional de Misiones. Tras esto se gesta el programa “Ñandeva”, de alcance nacional, donde participan artesanos del Mercosur. Crease o no, las trabas a las importaciones nos abrieron un panorama, ya que por los altos costos no pudimos seguir comprando polipropileno (material inerte que posee ciertas características que permiten su reciclaje sin un mayor impacto ambiental). Desde Ñandeva surge la idea de fabricar regalos empresariales dirigidos a las grandes empresas, con bajísimo costo y que fueran novedosos. Con esta premisa nos dimos cuenta de que la materia prima debía ser prácticamente regalada. Un diseñador industrial de San Pablo, Brasil, me sugirió trabajar con material reciclado y así empecé. Lleva mucho tiempo abrirse camino, llevo cuatro años en esto y recién ahora se empieza a notar el trabajo.Lo decís porque tus luminarias hechas con tapas ya embellecen hoteles y restaurantes…(Sonríe). Sí, empecé a experimentar con las tapas de los bidones de agua. Estas fueron mis últimas obras. En esos trabajos hay como una especie de transformación del material. La idea es esa justamente: trabajar con materiales reutilizados, lograr productos que tengan calidad de diseño, cierta estética y que se pierda -al ojo del que lo ve- la dimensión del material. La mayoría cree que se trata de capas de cera y se sorprende cuando sabe qué es. ¿Cómo conseguís los materiales? En estos años, para sacar adelante el proyecto me tuve que hacer un diseño de trabajo. Eso incluye identificar los lugares donde me pueden facilitar el material de trabajo que me pueda servir.Me inclino más por los plásticos porque son más maleables, se pueden transformar, modelar, pero siempre con la consigna de Tendy que es no utilizar ni pegamentos ni tintas que tienen solventes si estamos trabajando dentro del marco de la reutilización y de la conservación del planeta. Eso cuidamos mucho, para no tener discursos en contra. Por eso siempre trato de utilizar los plásticos que ya tengan el color que necesito. No obstante, mi obra requiere de plásticos transparentes, principalmente para las luminarias.¿Tu obra se trata de estar en constante experimentación?Mi marca es trabajar con la mayor cantidad posible de materiales reutilizados. Siempre trabajé con la consigna, como inspiración, con la flora, la fauna y la identidad cultural de Misiones. Resalto la cuestión de los inmigrantes. Esa es mi veta. Siempre fui muy curioso y a partir de los viajes a Brasil y otras expos empecé a ver otras cosas. Como empecé a trabajar con iluminación, tenía que hallar una veta en el mercado que me permitiera tener una estabilidad en el tiempo, y por ahí la cosa no pasaba por apuntar a clientes particulares que te pueden comprar una o dos lámparas y ahí termina la cosa. De ahí que empezara a trabajar con restaurantes y hoteles, que necesitan mucha iluminación y constante.





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