WASHINGTON, Estados Unidos (BBC). El Senado logró llegar a un principio de acuerdo sobre un paquete destinado a proteger a la clase media estadounidense de la subida impositiva y que aplaza por dos meses los previstos recortes en el gasto público.Pero hasta que la Cámara de Representantes no lo apruebe, el riesgo de que la situación económica en este país se torne más oscura y arrastre consigo a otras economías del mundo sigue presente.Incluso bajo los altos estándares de política arriesgada y conflictiva del Congreso estadounidense, la noche del 31 de diciembre 2012 fue extraordinaria.Mientras el resto del país celebraba el Año Nuevo, los senadores demócratas estaban enfrascados en una reunión con el vicepresidente Joe Biden.Les estaba explicando el compromiso al que había llegado con el liderazgo republicano en el Senado, según el cual aumentarán los impuestos a las familias que ganan más de 450.000 dólares al año y se aplazarán los planeados recortes presupuestarios por dos meses.El plan era votar antes del plazo de la medianoche que se habían impuesto. No lo lograron. Oficialmente, EEUU cayó en el precipicio fiscal. Pero aún no sabemos cuál será el impacto.EscenarioLa Cámara tiene tres opciones: uno, ratificar la ley que salió del Senado, en cuyo caso podríamos, se supone, poner fin a esta crisis, al menos por unas semanas; dos, rechazarla, ante lo que la caída en el abismo fiscal sería inmediata y completa; y tres, enmendarla o proponer una versión distinta, lo que obligaría a abrir nuevas negociaciones con el Senado que, probablemente, no daría tiempo a completar en el tiempo que le queda de vigencia a este Congreso.El día 3 se disuelven las actuales cámaras y toma oficialmente posesión el nuevo Congreso.





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