POSADAS. Hubo taco, gambeta y goles. Muchos goles. Sin embargo, la jugada de la noche estuvo fuera de la cancha y tuvo que ver con la importante cantidad de alimentos no perecederos que se reunieron para los dos comedores comunitarios beneficiados con la “movida” de los misioneros que juegan en el fútbol nacional, que se pusieron la camiseta de la solidaridad para ganar por goleada.Las figuras no se olvidaron de sus raíces y, mientras descansan a la espera del inicio de la temporada futbolera, mostraron su mejor cara para calzarse los botines y enfrentar a un combinado de periodistas deportivos en la cancha de Atlético Posadas. El resultado, previsible, fue a parar directo a los archivos. A puro toque, las “estrellas” se fueron al descanso con un contundente 4 a 0. Era lógico: enfrente estaban figuras de la talla de Martín Benítez (presente y promesa de Independiente), Federico Martínez (en la reserva de Boca y a punto de dar el salto a Primera), Jorge Brítez (en la reserva de Unión de Santa Fe), Matías Ortíz (en el fútbol de Dinamarca) y Franco “Polaquito” Cabrera (Crucero del Norte).Sólo algunos cambios y la fugaz “contratación” en el entretiempo de Benítez, crack del “Rojo”, para jugar el segundo tiempo para los periodistas emparejó un poco el trámite.Al final, el partido terminó 6 a 2, aunque en la noche del sábado sólo hubo ganadores. Ganaron los periodistas, que tuvieron la oportunidad de medirse con jugadores de Primera; ganaron ellos, los jugadores, que a pura solidaridad dieron una mano grande para los que más lo necesitan; y, obviamente, triunfaron los chicos de los comedores “Los Angelitos” y “Aeroclub” de Posadas, que gracias al partido organizado por Rogelio Correa tendrán al menos un poco más en el plato de esta noche, para recibir el año nuevo.“Afortunadamente la gente se acercó y pudimos juntar una importante cantidad de alimentos y de ropa para la gente de los comedores, que realmente lo necesita”, sintetizó Correa, y agradeció profundamente a los deportistas y al árbitro Cristian Cañete por sumarse desinteresadamente a la invitación.La solidaridad de los deportistas, de los periodistas, y del casi centenar de personas que presenciaron el partido permitió reunir una buena cantidad de alimentos y prendas de vestir para las organizaciones en cuestión.Por eso es que la nota más emotiva no se dio en la cancha, sino afuera, una vez que Correa hizo entrega de las donaciones a los responsables de los comedores comunitarios. Hubo agradecimientos y hasta lágrimas. Todo gracias al fútbol, que en la noche del sábado fue -más que nunca- “el deporte más lindo del mundo”.





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