BUENOS AIRES (DyN). A días del comienzo de la pretemporada, toda las expectativas de los dirigentes, Carlos Bianchi e hinchas de Boca Juniors se concentran pura y exclusivamente en Juan Román Riquelme, quien tarde o temprano deberá anunciar si vuelve a jugar en el equipo que abandonó después de perder la final de la Copa Libertadores ante el Corinthians de Brasil.Lo concreto hasta ahora son las fechas. El sábado 5 el plantel se reúne en el predio de Casa Amarilla, y el domingo 6 viajará a Tandil, donde comenzarán los trabajos de pretemporada. Sin embargo la ya de por si complicada situación tuvo un sacudón a raíz del infarto que sufrió ayer Margarita, la esposa de Bianchi (ver recuadro).Margarita está internada en observación en el Sanatorio Otamendi, y si bien su estado es satisfactorio, Bianchi, el principal aliado de Angelici en esta historia, estará en los próximos días más preocupado por ella, que en la respuesta de Riquelme.Teléfono abierto“No sabemos cuándo va a responder, pero esperamos una respuesta positiva”, dijo hace un par de días Angelici, será por eso que tanto él como los principales dirigentes hablan en condicional. Debería responder, tendría que responder, ninguno arriesga una fecha o un momento precisos.¿Pensará Angelici que la negativa de la comisión directiva de rechazar el pedido de Riquelme para que le amplíen el contrato, influirá en la decisión del jugador?Más desde el deseo que desde la certeza, Juan Carlos Crespi, dirigente proclive a realizar declaraciones permanentemente, comentó que “Riquelme ama a Boca y quiere jugar en Boca, a veces cuesta desdecirse de algunas cosas”.Que se suba al microAngelici, Oscar Moscariello (vicepresidente primero y hombre de influencia) y Crespi, los que más hablaron en estos días, esperan que el 6 de enero Riquelme se suba al micro que llevará al plantel a Tandil.Por supuesto que Bianchi y la dirigencia no esperan que Riquelme juegue los primeros amistosos del verano (13 de enero ante Racing y 19 frente a River), pero desean que el jugador se vaya desentumeciendo tras seis meses sin competencia ni entrenamientos serios.La cuestión, en definitiva no pasa por lo que quieran ellos, sino por lo que desea Riquelme, y ahí radica la tensión que se vive y se vivirá en los próximos días.





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