MONTECARLO (Por Sergio Alvez). Perjudicados por las retenciones de Anses. Ninguneados y manoseados por el Gobierno provincial. Los tareferos misioneros encaran un fin de año complicado, repleto de necesidades y angustias. En los últimos días, la ciudad de Montecarlo nuevamente fue epicentro de otra medida extrema, el corte de ruta, motivada y obligada por la falta de respuestas concretas de Anses en torno a la devolución de las asignaciones familiares retenidas improcedentemente a cientos de obreros yerbateros. El viernes se firmó otra acta donde el 12 de enero será clave para definir si se paga la deuda reclamada.Asimismo, dentro del contexto de profunda injusticia al que son sometidos los cortadores de yerba en la provincia, se cuenta la pésima aplicación con requisitos totalmente discriminatorios del “Subsidio al Tarefero”, y la continuidad de la explotación laboral y el trabajo esclavo. Esta semana, PRIMERA EDICIÓN arribó a Montecarlo y dialogó con los trabajadores en la sede del Sindicato de Tareferos y Trabajadores Desocupados, donde unos 300 tareferos y tareferas estuvieron esperando el miércoles, más de cuatro horas, la llegada impuntual de funcionarios nacionales de Anses, que para colmo llegaron con mucha desinformación y sin propuestas concretas. El corte de la ruta nacional 12 arrancó a las 14.30 del jueves, en coincidencia con la partida de la provincia de los funcionarios de Anses. “Tuvimos mucha paciencia ayer. Esperamos horas, con el calor, con las criaturas, ellos quedaron en venir a las 14 y aparecieron a las 19, encima no trajeron ninguna propuesta, y no tenían idea de muchos temas, desconocían cosas elementales. Fue una falta total de respeto, una muestra de desprecio hacia los tareferos, que venimos exigiendo que se nos devuelva lo que se nos sacó injustamente, ya agotamos todas las instancias, hicimos todo lo debido, y otra vez nos obligan a ir a la ruta”, remarcó uno de los referentes del Sindicato de Tareferos, Cristóbal Maidana. También estuvo presente la representante legal de los trabajadores, Roxana Rivas, quien manifestó que “nos queda la tranquilidad de que los trabajadores hicieron una vez más el mayor esfuerzo para buscar una solución y la también tranquilidad de que los tareferos conocen perfectamente la Justicia y el alcance de sus reclamos. Pero no están dispuestos a ceder sus derechos, los que con tanto esfuerzo fueron reconocidos en varias instancias judiciales, las que la Anses está incumpliendo”. “Estamos pasando hambre”Rosa Ortiz tiene 39 años y tarefea desde hace quince años. “Cortar yerba fue la única salida que encontré para darles de comer a mis cinco hijos. Es un trabajo duro, se sufre, se gana poco, pero como no queda otra”, dice la mujer, que como tantas otras mujeres ha llegado hasta el galpón del sindicato a esperar a los funcionarios de Anses, que llegarían cinco horas después de lo pautado. Rosa es una de las trabajadoras a las cuáles la Anses le retuvo indebidamente las asignaciones familiares. “Al principio, cuando empecé a tarefear estaba en negro, pero cuando me blanqueó el patrón empecé a cobrar el salario familiar. Anses me retuvo siete meses del salario en 2009, y cobraba salario por mis cinco hijos, es mucho dinero para mí, nos metieron la mano en el bolsillo y encima no nos quieren devolver. Pero estamos dispuestos a luchar hasta las últimas consecuencias”. Por su parte, el tarefero Patrocinio Baez, oriundo del Paraje Cuatro Bocas, comentó a este matutino que “el tarefero en esta época del año pasa todo tipo de necesidades, acá hay gente con hambre, estamos pasando hambre, porque no hay trabajo, el subsidio interzafra no cobra nadie porque es solo para los que no tienen hijos, y ni changas no se puede hacer. Estamos totalmente abandonados, todos los años es lo mismo, nadie hace nada para que esto cambie, a nosotros sólo nos queda seguir peleando por nuestros derechos”. Condiciones de trabajoEste año la AFIP realizó algunos allanamientos en los que se detectó trabajo esclavo en yerbales. Tras cada uno, cobró una multa al responsable del yerbal y los trabajadores quedaron desocupados y sin ningún tipo de cobertura. Así, esta medida resulta insuficiente y meramente recaudatoria, ya que según denuncian desde el Sindicato de Tareferos “sigue habiendo mucho trabajo esclavo, pero los compañeros no quieren denunciar porque terminan quedando en la calle, nadie se preocupa por ellos. La AFIP cobra la multa, saca la foto en el diario y ahí queda todo, nadie se preocupa por el tarefero”. Cristóbal Maidana, secretario general del Sindicato de Tareferos, manifestó que “sólo cada vez que salimos a la ruta nos atienden, son ellos los que no nos dejan opción, acá tenían que estar los funcionarios provinciales y municipales al frente de nuestro reclamo que es totalmente justo, pero están completamente ausentes”. “Es triste ver compañeros tareferos recorriendo los basurales, buscando alguna sobra, otros yendo a trabajar a los campos de Entre Ríos o Corrientes, donde son explotados, pero es la única que les queda para poder comer”, remarcó Maidana acerca del presente de los tareferos durante la interzafra. “El placer de tomar mate no puede seguir descansando sobre la esclavitud de los tareferos”, reza el slogan del sindicato. Lamentablemente, se termina otro año sin que esa leyenda pueda afirmarse como una realidad, sino más bien todo lo contrario. El subsidio de la desvergüenzaEl subsidio al tarefero es una asistencia que se genera con fondos de la Nación, y se implementa a través de los municipios. Este año, el subsidio es de apenas 600 pesos por mes, igual que el año pasado, como si no hubiera existido inflación. Suben los alimentos, suben los servicios, aumenta el costo del transporte, pero el subsidio al tarefero permanece inalterable, profundizando aún más la asfixia en las economías familiares de los trabajadores del sector. Pero hay algo aún más absurdo que el irrisorio monto que perciben los tareferos. Por un lado, y cuando es sabido que la enorme mayoría de los 17 mil tareferos que hay en la provincia trabaja en blanco, el subsidio solo considera a la ínfima porción de obreros que trabaja en blanco. Y el colmo, es que si un tarefero tiene más de un hijo -también como la mayoría- ya quedan excluidos de cobrar la ínfima ayuda. Esto es porque el subsidio “no es compatible con otra asignación”. Cabe preguntarse ¿qué tienen que ver las asignaciones familiares, que son para los hijos, con un subsidio supuestamente destinado a compensar meses de desempleo? Nadie puede explicarlo, porque no tiene otra lógica, más que la de generar un ajuste que le permita al Es
tado seguir ahorrando a costas de perpetuar la injusticia y la esclavitud del sector productivo más vulnerable y vulnerado de la cadena de la yerba mate en Misiones, los tareferos.





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