La producción de té en Misiones atraviesa un proceso de revalorización que combina identidad territorial, calidad y conocimiento científico. En ese camino se inscribe el Misiones Tour de Té, una propuesta turística que invita a conocer el universo tealero desde el cultivo hasta la taza y que recientemente sumó al INTA Cerro Azul como uno de sus espacios de referencia.
“Misiones Tour de Té busca poner en valor la cultura, la producción y la experiencia del té en la provincia. Es un circuito que articula plantaciones, elaboradores de té artesanal y experiencias de degustación, para que el visitante pueda conocer todo el proceso productivo”, explica la ingeniera agrónoma Sandra Molina, jefa del Equipo de Yerba mate y Té de la Estación Experimental Agropecuaria Cerro Azul del INTA.
La incorporación de la Experimental al circuito se dio a partir de una invitación de la Asociación de Productores de Té Argentino, con el objetivo de integrar el componente científico-tecnológico a la propuesta turística.
“La participación del INTA permite mostrar el trabajo de investigación, desarrollo y transferencia que sostiene la calidad, la innovación y la sustentabilidad del sector tealero”, señala Molina. La iniciativa se potencia, además, en un contexto clave para la actividad, marcado por la obtención de la Indicación Geográfica del Té Argentino, que reconoce el origen del producto en Misiones y el nordeste de Corrientes.
Las visitas a la Estación Experimental se realizan durante la época de zafra, entre octubre y abril, y se coordinan a través de las redes sociales de Misiones Tour de Té.
Durante los recorridos, los visitantes acceden a una introducción sobre las condiciones edafoclimáticas que hacen de Misiones una región especialmente apta para el cultivo del té y conocen las principales líneas de investigación que se desarrollan en el INTA.
El recorrido incluye el banco de germoplasma de té y el microsecadero, donde se realizan elaboraciones a pequeña escala para evaluar distintos materiales y procesos. “Ese trabajo nos permite comparar cultivares y generar información clave para mejorar la calidad del producto final”, destaca la investigadora.
El 2025 fue un año intenso para el vínculo entre el INTA y el sector tealero. La Experimental participó en la 34ª Fiesta Nacional del Té, en Campo Viera, y en la Expo Té, con stands institucionales y charlas técnicas orientadas a productores y elaboradores.
En el plano de la calidad, uno de los hitos fue la obtención del Primer Premio en la categoría Té Verde en el Concurso Sudamericano de Té, con un cultivar desarrollado por el INTA. “Es el segundo año consecutivo que recibimos una distinción, y eso confirma el impacto del mejoramiento genético y de los procesos de elaboración sobre la calidad del té”, subraya Molina.
A esto se suma la participación del INTA como auditor técnico del sello de Indicación Geográfica del Té Argentino, junto al Ministerio del Agro y la Producción de Misiones y el INTI, aportando respaldo científico al proceso de certificación. Además, durante el año se inició un nuevo ciclo de cruzamientos dirigidos, que permitirá generar materiales con mejores niveles de productividad, adaptación y calidad.
En simultáneo, el té gourmet o artesanal se consolida como una alternativa de producción diferenciada. Desde el INTA, el acompañamiento se traduce en investigación aplicada y trabajo conjunto con los productores.
Un ejemplo fue el taller de evaluación sensorial realizado este año, en el que productores artesanales cataron y calificaron 24 cultivares elaborados como té verde. “Esa información es fundamental porque nos aporta criterios concretos sobre los perfiles sensoriales que demanda el sector y orienta nuestro programa de mejoramiento genético”, explica Molina.
Con ciencia, producción y turismo articulados, el té misionero busca seguir construyendo identidad y valor agregado, abriendo nuevas oportunidades para el desarrollo regional y posicionando a la provincia como referencia en calidad y experiencia tealera.
Colaboración: Francisco Pascual y Martín Ghisio.





