El 24 de diciembre de 2002 fallecía a los 98 años en Buenos Aires la actriz y cantante de tango Ana Laura Merello, conocida como Tita Merello.
Nacida el 11 de octubre de 1904 en un conventillo de San Telmo, inició su carrera artística en el teatro como una cancionista de bajo nivel. Era hija de un cochero y de una planchadora.
Sin embargo, se convirtió en una de las figuras más populares del país y una de las primeras cantantes de tango surgidas en la década del 20 que crearon la modalidad vocal femenina en el rubro.

Llegó a los palcos marcada por la miseria y fabricó su figura por simple prepotencia de trabajo. Impermeable a todo intento académico, dinamizó su carrera a punta de intuición, fatiga y talento. Fue única.
Adquirió popularidad por sus interpretaciones de “Se dice de mí” y “La milonga y yo”.
Su debut en cine fue en el primer filme sonoro argentino, “¡Tango!”, junto a Libertad Lamarque. Luego de realizar una serie de películas a lo largo de la década de 1930, se consagró como actriz dramática en “La fuga” (1937), dirigida por Luis Saslavsky.
En pareja con Luis Sandrini, a mediados de los años 1940 ambos se radicaron en México. Al regresar al país, protagonizó “Don Juan Tenorio” (1949) y “Filomena Marturano” (1950), que posteriormente fue representada en teatro.
Encabezó filmes como “Los isleros” (1951), “Guacho” (1954) y “Mercado de abasto” (1955). Además, tuvo roles destacados en “Arrabalera” (1950), “Para vestir santos” y “El amor nunca muere” (ambas de 1955).
Luego de la caída del peronismo, debió exiliarse en México ante la falta de trabajo. En 1962, de regreso a la Argentina, fue dirigida por Enrique Carreras.
Falleció a los 98 años en la Fundación Favaloro. Al momento de su muerte, contaba con 33 películas, 20 obras teatrales, tres ciclos radiales y varias participaciones en espectáculos de revista y televisión en su haber.








