Anahí Fleck
Magister en Neuropsicología. 0376-154-385152
El contacto inicial de los mamíferos con el mundo externo ocurre a través de receptores (TRP) sensoriales que se ubican en la piel y en otras estructuras corporales. Todas conectadas con el sistema nervioso central (SNC), que interpreta y da respuesta sobre de qué se trata ese estímulo.
Lo que hace el SNC es integrar la información y generar percepciones y respuestas motoras o autonómicas.
Volviendo a los receptores, éstos constan de una terminación nerviosa dotada de canales iónicos especializados (estructuras proteicas que abren paso a diferentes iones en la membrana de las células), los cuales, al ser activados por estímulos específicos. Esto podrá ser interpretado por el SNC, lo cual para nosotros significará por ejemplo sentir calor, cuando los receptores termosensibles son estimulados por, por ejemplo, agua en contacto con nuestra piel a una temperatura diferente que la de nuestro cuerpo.
Así, al sentir un estímulo, gracias a estos receptores, puede generar una respuesta basada en el estímulo en si y además análisis cognitivos aprendidos y/o basados en experiencias.
Ese proceso mediante el cual se transforma un estímulo externo en una señal significativa para nuestro SNC que devuelve una respuesta se denomina Transducción y la misma resulta importante porque La transducción es la base de toda percepción: sin ella no habría sensación ni respuesta adaptativa. Además, alteraciones en cualquiera de sus pasos (mutaciones en canales iónicos, neuropatías, daño receptor) podrían producirse déficits sensoriales clínicamente relevantes, por ejemplo, pérdida de termocepción o dolor neuropático.
En el tejido vivo, la percepción del calor es un puente entre el cuerpo y el mundo. En humanos, subtipos como TRPV1 (calor nocivo) y TRPM8 (frío) marcan los umbrales de protección y confort; su actividad no es fija: se modula por inflamación, experiencia y estados fisiológicos, lo que permite que la termocepción se ajuste a contextos cambiantes.
En la naturaleza, algunos animales llevan esta sensibilidad un paso más allá: las serpientes con órganos faciales (pit organs) combinan detectores térmicos especializados con la visión para construir un mapa sensorial que funciona como una cámara térmica biológica. Esa integración multisensorial permite localizar presas por contraste térmico aun en la oscuridad, y se apoya en membranas sensibles y vías nerviosas que convergen con centros visuales y motores para una respuesta de caza precisa. La diferencia clave es que mientras los mamíferos detectan flujo de calor y cambios locales, estos ofidios detectan radiación infrarroja y la traducen en una representación espacial usable para la conducta predatoria.
Desde la perspectiva ecosanadora, esto nos recuerda que sensación y acción están en diálogo constante: los canales TRP no solo protegen tejidos, sino que informan decisiones —buscar sombra, acercarse a una fuente de calor, o, en el caso de un depredador, fijar la presa— y esa información se integra con memoria y emoción en circuitos centrales que modelan la conducta adaptativa. Cuando estos sistemas fallan (neuropatías, lesiones centrales) se pierde no solo una sensación, sino una forma de relación con el entorno: aumenta el riesgo, disminuye la confianza corporal y se altera la regulación térmica.
Sobre la termoterapia y las altas temperaturas
La terapia térmica (calor local) es una herramienta clínica útil para aliviar dolor musculo esquelético y mejorar circulación. Sin embargo, su uso en dolor neuropático es variable: puede aliviar síntomas crónicos por relajación y vasodilatación, pero en fases inflamatorias o en neuropatías sensibles al calor puede empeorar la irritación; además, olas de calor estival pueden aumentar la irritabilidad nerviosa y los episodios en personas con neuropatías.
Clínicas y revisiones observan que muchos pacientes con neuropatía reportan peores síntomas en verano o durante olas de calor, y que la gestión térmica ambiental es relevante para el control sintomático.
Cuidar estos aspectos requieren consulta profesional, vienen calores intensos, buscar la sombra, hidratarse, resguardarse y ¡cuidarse!







