Santino Rzesniowiecki ya está nuevamente en Misiones. Este lunes, el niño misionero regresó a su hogar luego de meses de tratamiento médico en el exterior y fue recibido con profunda emoción tras aterrizar en el aeropuerto de Posadas a las 16.30, en un reencuentro cargado de gratitud y alivio para toda su familia.
El arribo se concretó días después de que su madre, Natalia Rodríguez, anunciara públicamente que el equipo médico había autorizado el viaje para que Santino pudiera pasar las fiestas en casa, tras el procedimiento innovador al que fue sometido en Singapur y que le permitió quedar libre de la enfermedad.
A su llegada, Natalia expresó el sentimiento compartido por la familia al volver a pisar suelo misionero. “La verdad estamos muy agradecidos, emocionados de estar nuevamente en casa”, afirmó, y destacó el rol clave de la solidaridad colectiva. “Millones de gracias porque esto es gracias a la ayuda y a la solidaridad de todos que pudimos lograr que Santi esté hoy acá con nosotros y poder volver a casa”, remarcó.
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Consultada sobre el estado de salud del niño, explicó que el regreso se dio en buenas condiciones clínicas y anímicas. “Está muy bien, contento, emocionado. Ya lloraba en el viaje de la felicidad que tenía de que íbamos a llegar a casa”, contó, y agregó que “se está recuperando, hay que seguir con los cuidados preventivos porque él tiene todavía sus defensas bajitas, pero se encuentra muy bien, gracias a Dios”.
Respecto a los cuidados durante su estadía en Posadas, la madre señaló que deberán extremarse las precauciones para evitar infecciones. “Lo que tiene que evitar es tener contactos, evitar infecciones porque tiene su sistema inmunológico aún suprimido, pero clínicamente y anímicamente se encuentra muy bien y eso es una gran ventaja”, explicó.
El regreso significó un momento especial para toda la familia, luego de un proceso largo y complejo lejos del país. “Es una bendición enorme poder estar acá con él. No hay palabras para expresar que esté hoy acá con nosotros, fue gracias a la ayuda de todos, de todos los misioneros y de todo un país que ayudó para que Santi tenga esta nueva oportunidad”, expresó Natalia.
Finalmente, recordó lo difícil que fue atravesar el tratamiento fuera de la Argentina, aunque destacó que fue el camino necesario. “Fue difícil, es un cambio muy brusco, una cultura diferente, estar lejos, el idioma, pero era donde teníamos que estar para que Santi pueda tener otra oportunidad y salir adelante”, concluyó.
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