Orlando J. Ferreres, titular de OJF & Asociados, advirtió que los supuestos macroeconómicos del Presupuesto 2026 “son difíciles de cumplir” y consideró que el esquema de bandas cambiarias es “transitorio” y con “poca significación” para la política cambiaria.
A su vez, el exviceministro de Economía durante el mandato de Carlos Menem asegura que el riesgo país no logra perforar el piso de los 500 puntos porque “no hay confianza en que el Gobierno vaya a conseguir los fondos para pagar todos los vencimientos” puesto que son demasiado abultados, según el calendario 2026.
A continuación, la entrevista completa con Ámbito del economista que integró durante 25 años el Grupo Bunge & Born.
¿Tienen sentido los supuestos macroeconómicos que ofrece el proyecto de Presupuesto 2026?
Yo veo que es difícil que se cumplan para diciembre de 2026. La inflación, 10%. El tipo de cambio también es un número muy parecido al actual.
El producto bruto, 5%. Nosotros calculamos alrededor de 15% a 20% de inflación.
También estimamos un tipo de cambio a $1.750 para diciembre del año que viene y crecimiento del producto bruto del 3,5%, o sea, bastante distinto a lo que es el consenso del mercado de economistas, que está teniendo otros números con perspectiva para los clientes, que son las empresas. Los $1.400 que estima el Presupuesto 2026 no tienen sentido.
El Gobierno aseguraba que para esta altura del año la inflación podría estar en torno al 1%. Sin embargo, el último dato marca 2,5%. ¿Qué pasó?
Bueno, efectivamente hubo aumentos de distintos precios que estaban congelados, como la nafta y los precios públicos, y también apareció la suba del precio de la carne, que les desdibujó un poco todas las perspectivas que había dicho Caputo, del 1% o menos para fin de año. Ahora tuvo que aceptar que ese 1%, con el cual se ajustaba la banda superior e inferior del tipo de cambio, lo corrige por inflación de 2%.
O sea, en enero se va a aplicar un ajuste de la banda que mantiene el tipo de cambio por el 2,5% de noviembre…
Va a ser bastante alta la suba del tipo de cambio, porque también van a comprar el 5% del mercado para las reservas. O sea, que eso puede impactar bastante en el precio del tipo de cambio.
Ellos creen que pueden encontrar demanda de dinero por hasta 10.000 millones de dólares sin ningún efecto sobre la inflación. Esperan, por lo menos, ¿eh?.
¿Y usted cree lo mismo?
No, yo creo que puede subir un poco. Realmente, las compras del mercado por parte del Banco Central o por el Tesoro van a adicionar un 5% más de demanda, obviamente, y eso en algún momento va a influenciar en el precio.
Hasta ahora venía comprando en forma irregular el Gobierno, sí, pero ahora lo va a hacer por lo menos un 5% o eventualmente más, hasta 17.000 millones de dólares de demanda de dinero, pesos traducidos a dólares. Ahí podrá comprar más del 5%. Bueno, son un poco optimistas, me parece.
¿El esquema de bandas es un modelo transitorio o puede prolongarse en el tiempo?
Yo creo que es un modelo transitorio, porque las bandas son muy alejadas una de la otra y, realmente, inclusive la banda baja es decreciente.
No quedó claro de qué manera se aplica esta inflación, si va a ser a la banda inferior también creciente o si va a ser hacia abajo.
Eso no lo dice en ningún lado, pero yo creo que las bandas, por sí, con un 40% de diferencia o más también, no tienen sentido económico.
Las empresas preguntan mucho cuál va a ser el tipo de cambio a diciembre de 2026. Esa es la pregunta clave.
Nosotros tenemos que tratar de sacar, de la inflación, del salario real y del producto bruto, un pronóstico del tipo de cambio que sea más realista, porque hoy hay bastante aumento de las importaciones, hay bastante aumento del turismo hacia afuera y evidentemente eso lo vamos a estar viviendo en enero y febrero mucho más que el resto del año.
¿Qué es lo que resta para buscar que la inflación se acomode en torno al 1%? ¿Por dónde pasará el ancla para contener la suba de precios?
Es la actividad. La actividad requiere inversiones, pero inversiones con fluidez, que haya mucha inversión, cosa que hasta este momento no vemos que el Gobierno esté preocupado por eso.
Porque la inversión trae mayor ocupación, por más que no haya mucho desempleo, pero de ahí viene el aumento del salario real, por el aumento de la productividad del trabajador, y eso significa la expansión de la economía argentina.
Por ahora no hay señales específicas para los inversores.
El Congreso parece haber demostrado que no se puede gobernar toda una gestión sin hacer concesiones…
No se puede no tener superávit primario, eso es irrenunciable. Es fundamental tener superávit primario y financiero también, o sea, que cubra los intereses, porque nuestra deuda, si bien no es mayor al 100% del PBI, es bastante grande y tenemos bajas reservas, que son difíciles de recuperar.
¿De qué manera entonces se puede seguir garantizando el funcionamiento de hospitales públicos y universidades?
Claro, bueno, esa es la gran pregunta que nos hacemos todos: ¿De qué manera se puede atender a esa necesidad básica que siempre fue prioridad de distintos gobiernos?
¿De qué manera aumentar el poder de compra de los maestros, de los enfermeros, de los médicos, o sea, de la educación y de la universidad, o de la primaria y secundaria, que son de las provincias?
Si el Estado busca cambiar su estructura de financiamiento sin renunciar a los servicios públicos, debería pensar en una reforma impositiva, ¿no? ¿Por dónde empezaría?
Yo creo que hay tres impuestos que no pueden estar más. Los derechos de exportación, que se le cobran al agro y al petróleo, por ejemplo, no debería estar. El impuesto al cheque, que es de 1990, lo inventé yo por un pedido de la Unión Industrial Argentina (UIA) cuando estaba en Buenos Aires.
Después lo saqué y Cavallo lo restituyó de nuevo. Después, Ingresos Brutos, que depende de las provincias, y después a veces las municipalidades también ponen impuestos a la higiene y seguridad, que son una barbaridad. No todo es nacional: parte es provincial y municipal, pero hay dos mil quinientos y pico de municipios, o sea que es muy difícil manejarse con tantos municipios.
¿Qué impuestos dejaría o eventualmente aumentaría?
En realidad hay que bajar algunos gastos, tanto a nivel nacional para sustituir el impuesto al cheque o los derechos de exportación, como a nivel provincial. Las provincias tienen que bajar gastos porque tienen Ingresos Brutos, que es muy caro y es en cascada.
No es solamente el 3% o el 4% que se cobra sobre cada venta, sino que cada vez que hay una venta se cobra de nuevo. Así representa a veces el 10% o 12% de la recaudación.
Es muy pesado, es un impuesto demasiado grande que hay que eliminar. Y después, en los municipios, también hay que hacer competir a un municipio con otro para que no pongan tantos impuestos.
¿La actualización del esquema de bandas del dólar puede favorecer a la baja del riesgo país y, por tanto, al reingreso de la argentina al mercado de capitales?
Yo creo que no está bajando lo suficiente como para sentir esa confianza plena que teníamos como si viviéramos en Uruguay, en Chile o en Brasil, que están en 80 o 90 puntos. El riesgo país de Argentina está en torno a 570.
¿Por qué?
Yo creo que no hay confianza en que el Gobierno vaya a conseguir los fondos para pagar todos los vencimientos. Existe como una cierta duda acerca de esa capacidad para endeudarse y conseguir fondos.
Eso no le ocurre a los países vecinos, que cuando tienen necesidad de fondos pueden emitir la moneda que quieran y lograr sus resultados.
Sin embargo, el Gobierno muestra esfuerzos que Argentina no caerá en default y apuesta a la cuenta capital para el ingreso de dólares…
Bueno, pero sucede que los vencimientos son bastante grandes y el mercado dice: “Puede cumplirlos, pero no estamos tan seguros”. Entonces, claro, por ahora no queremos esos bonos (Bonar 2029N) porque podemos meternos en un problema demasiado serio. Claro. Tenemos que ir esperando a que se vaya consolidando el Gobierno y eso requiere, lamentablemente, tiempo, no requiere solo decisiones.
O sea que también hay que ver qué pasa en el Congreso, si se sacan leyes como la reforma laboral o la ley del presupuesto. Son signos para los mercados.
Que el Ejecutivo no tuviese Presupuesto por tercer año consecutivo, ¿no sería una mala señal?
Sí, yo creo que sí. Es una exageración. Yo creo que va a tener que aceptar darlo y dar algún beneficio para esos sectores, que yo creo que ya lo deben tener pensado y lo estarán por hacer.
Si tuviera que hacer un breve balance de 2025, en términos del programa económico, ¿qué diría?
La parte positiva es la estrategia general para bajar la inflación por la reducción del gasto público, el superávit primario y el superávit financiero. Me parece que eso está bien. Este año se creció al 4,5% y la inflación va a estar en el orden del 30% o 31%.
O sea que es un año en el que hubo cosas buenas y algunas cosas malas que el Gobierno no fue aceptando, pero últimamente lo veo a Milei mucho más cauto en materia de expresarse con respecto a los economistas, a los políticos de la oposición o, a veces, del propio Gobierno.
Y yo creo que eso ayuda mucho a que se encuentren fórmulas de solución, como las que busca Scioli con los gobernadores, claro. Me parece que está habiendo una buena gestión y que yo creo que Milei va a tener que ir tomando las decisiones que se vayan adaptando junto con el ministro del Interior, Diego Santilli.










