El presidente de la Cámara de Estaciones de Servicio y Afines del Nordeste (CESANE), Faruk Jalaf, lanzó una advertencia contundente sobre el escenario que viven los misioneros frente a los aumentos constantes del combustible.
“No sabemos por qué aumenta el precio del combustible, no encontramos justificación”, afirmó, y sostuvo que ni el sector empresario ni los propios clientes obtienen respuestas claras sobre la dinámica de los incrementos.
Jalaf explicó que el sistema de Micro Precios Dinámicos aplicado por YPF -el mecanismo que ajusta tarifas en forma frecuente y sin previo anuncio- dejó a las estaciones “totalmente desorientadas”. Según detalló, los aumentos se repiten cada siete días y avanzan sin una pauta previsible.“No sabemos lo que va a pasar dentro de diez minutos. Si sube hoy, mañana, o dentro de una hora”, apuntó.
Esta inestabilidad afecta no solo al sector empresario, sino también a los conductores, que reaccionan con frustración e incertidumbre. “Los automovilistas están indignados, desorientados. Antes discutían con el playero; ahora ya ni preguntan, saben que el precio cambia todas las semanas”, describió Jalaf.
Panorama en Misiones
El efecto de la suba constante ya se observa en el consumo. Misiones registra una caída de aproximadamente 10% en la demanda, superior al promedio nacional. Los registros oficiales muestran la magnitud del deterioro: la venta de combustibles cayó 10,2% interanual en octubre, uno de los peores desempeños del país. El gasoil común se desplomó 15,4%, golpeando al transporte y a la producción. Incluso las naftas, que crecieron en otros distritos, descendieron 6,3% en Misiones. Se trata de un síntoma claro del impacto del ajuste nacional, la pérdida de poder adquisitivo y el freno económico que atraviesa la región. Suba sin respiro.
Mientras la demanda cae, los precios siguen escalando. En los últimos días, YPF, Axion y Shell aplicaron nuevas subas en Misiones de entre 1,5% y 3,36%, aunque la magnitud real se observa en la comparación mensual: en noviembre, el gasoil común aumentó 10,91%; la nafta infinia subió 9,57%; la súper, 9,56%; y el gasoil premium, 8,29%. Noviembre se convirtió así en el mes de mayor incremento porcentual de toda la era Milei, superando incluso el brusco salto de marzo de 2024.
Esta aceleración tiene un impacto directo en el bolsillo. Llenar un tanque de 55 litros, que costaba $26.675 cuando Milei asumió, hoy supera los $92.000 en YPF y roza los $100.000 en Shell. En camionetas, el salto es aún mayor: un tanque de 80 litros pasó de $49.520 a más de $155.000.
Promesa incumplida
Durante la campaña electoral, el presidente Javier Milei aseguró que eliminaría los impuestos que encarecen los combustibles. Sin embargo, ocurrió lo contrario: los tributos se siguen ajustando y son una de las causas principales de las recientes subas. Desde el 1 de diciembre rige una nueva actualización del Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y del Impuesto al Dióxido de Carbono (IDC).
Lo más fuerte llegará en enero, con otro salto estimado solo por actualización impositiva. En lugar de bajar, la presión fiscal crece. Y combinada con la desregulación del mercado, genera la tormenta perfecta para que los aumentos sean inevitables… pero no necesariamente justificados, como señaló Jalaf. Encarece todo.
El aumento semanal del combustible no afecta solamente a quienes manejan. Tiene un impacto transversal: encarece el transporte, sube el costo logístico, presiona sobre el precio de los alimentos, golpea al turismo, y reduce la competitividad frente a Paraguay y Brasil. Sectores claves de Misiones ya muestran signos de agotamiento: la yerba mate vive su peor crisis en veinte años; la construcción está paralizada; el comercio pierde ventas; las PyMEs industriales reducen personal.
El combustible se convierte así en un indicador feroz de la recesión. Con aumentos semanales, impuestos en alza y una economía en retroceso, no hay certeza de cuánto más podrá soportar el bolsillo o el consumo seguirá en picada. Jalaf insiste: “No encontramos justificación. No sabemos por qué aumenta, ni cuándo va a parar”. Mientras tanto, los surtidores se mueven como nunca antes y Misiones vuelve a quedar entre las provincias más golpeadas.







