Un micrófono, una cámara y un celular fueron suficientes para que Cliver Huamán, un joven peruano fanático del fútbol, protagonizara una de las postales más inesperadas y emocionantes de la final de la Copa Libertadores. Sin entrada para ingresar al Monumental de Lima, el chico decidió treparse a un cerro cercano al estadio y montar allí su propia cabina improvisada de transmisión.
Con una mezcla de creatividad y una pasión desbordante, Cliver narró la coronación de Flamengo frente a Palmeiras como si estuviera en la cabina oficial de la Conmebol. Su transmisión, seguida por miles de usuarios, reflejó la esencia más auténtica del fútbol sudamericano: el sueño, el viaje y la emoción compartida.
El joven viajó 18 horas desde Andahuaylas hasta Lima solo para vivir de cerca el clima de la final. No pudo entrar al estadio, pero encontró una forma única de cumplir su sueño: relatar el partido en vivo desde la montaña, con el Monumental como telón de fondo y la ciudad vibrando al ritmo de la Libertadores.
El video se volvió viral y Cliver cautivó a fanáticos de toda la región, que destacaron su ingenio, su emoción y su forma transparente de vivir el fútbol. Una historia que demuestra que, cuando la pasión manda, no hay distancia —ni montaña— que pueda frenarla.
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