Este martes, Britney Spears -la indiscutible “Princesa del Pop”- cumple 44 años en una etapa de su vida radicalmente distinta a la que la vio dominar los charts a principios del milenio. Su festejo se da en el contexto de su segundo año de libertad legal completa, tras el resonante fin de la tutela que la mantuvo “aprisionada” desde 2008.
Desde su debut en 1998 con “…Baby One More Time”, la cantante nacida en Misisipi no solo amasó una fama global inigualable, sino que también se convirtió en una de las artistas femeninas con más ventas de la historia. Sin embargo, la presión mediática y problemas personales derivaron en un colapso público a mediados de la década del 2000.
La larga sombra de la tutela
Fue a partir de ese colapso que su padre, Jamie Spears, tomó el control total de su vida a través de una estricta tutela legal que, en Argentina, es similar a una curatela o figura de apoyo extremo para personas con capacidad restringida. Esta figura lo puso a cargo no solo de su millonario patrimonio, sino también de sus decisiones médicas y de carrera durante trece largos años.
Alertados por los crudos detalles que se filtraban sobre el manejo de su vida y fortuna, sus seguidores alrededor del mundo iniciaron el movimiento “#FreeBritney”. Los fans alegaban que la estrella estaba siendo explotada profesionalmente y, lo más grave, abusada legalmente por su propio padre.
Tras una batalla judicial que se volvió mediática gracias a la presión del movimiento, la Justicia estadounidense escuchó los “crudos testimonios” de la propia cantante. El quiebre definitivo llegó en septiembre de 2021, cuando Jamie Spears fue destituido de su cargo, y la tutela fue disuelta por completo en noviembre de 2021.
El renacer y los nuevos frentes
Liberada de la estructura que la controló desde 2008, Britney inicia esta nueva etapa de 44 años alejada del foco de los paparazzis y disfrutando de la fortuna que cosechó en sus años dorados.
Su reaparición en redes sociales en las últimas semanas mostró una imagen más personal y relajada, incluso compartiendo una “pijamada” con sus viejas amigas Kim Kardashian y Khloe Kardashian.
Este reencuentro casual se da en medio de la reciente guerra mediática que la cantante transita con su exmarido y padre de sus hijos, Kevin Federline. Federline la describió en su reciente libro como una “madre ausente” e inestable, lo que aviva la discusión sobre el manejo de su imagen y su vida privada, aun sin la tutela.
Fuente: Agencia de Noticias NA





